Elizabeth Silverio, la controvertida «neurocientífica» que se hizo conocida tras un reportaje de la periodista Nuria Piera, ha sorprendido a la opinión pública al revelar su notable transformación física.
A través de las redes sociales, Silverio compartió imágenes de su nueva figura, mostrando una notable pérdida de peso y hablando abiertamente sobre su viaje hacia una vida más saludable y espiritual.
Silverio confesó su lucha contra el sobrepeso y cómo había encontrado confort en su antigua condición física. Sin embargo, un momento de revelación espiritual cambió su perspectiva.
“Luche contra el sobre peso y de alguna forma me sentía tan cómoda con el mismo porque entendía que era fácil, es el mecanismo de defensa más seguro en la zona de Confort mental, pero quiero hablarte del trato de Dios para conmigo”, dice Silverio en un mensaje colgado en Facebook
Expresó que justo cuando pensó que podía dirigir la vida de los demás, Dios la confrontó y le mostró que necesitaba vencer su propia batalla. “Comencé a llorar y justo ahí entendí que la corrección del padre sobre una vida con la que él tiene propósito él lo hace en todos los aspectos”.
Dijo que ese momento de introspección la llevó a tomar la decisión de someterse a una cirugía para tratar su obesidad mórbida, que había alcanzado las 322 libras y afectaba profundamente su calidad de vida.
La transformación física de Silverio, ha cautivado la atención de sus seguidores, generando comentarios favorables y animándola a seguir a delante.
Silverio, quien previamente cumplía prisión en la cárcel de Najayo Mujeres, se encuentra en libertad tras una decisión de un tribunal que varió su medida de coerción. Ahora enfrenta su proceso legal con una medida de visita periódica y un dispositivo electrónico con circulación restringida en el Gran Santo Domingo.
La acusación en su contra se centra en la violación de la Ley General de Salud No. 42-01, debido a que ejercía como especialista sin contar con un título universitario, en el Centro de Terapias Neurocognitivas y Psicopedagógicas Kogland, donde se atendían niños con Trastornos del Espectro Autista (TEA).
Este caso generó controversia y desató un intenso debate sobre la regulación de profesionales en el campo de la salud mental en la República Dominicana.
Por Roberto Tiburcio