La ciudad de Moca, en la provincia Espaillat, amaneció este lunes en un paro casi total en respaldo al llamado a huelga convocado por una coalición de organizaciones populares y comunitarias, entre las que destacan el Frente Amplio de Luchas Populares (FALPO) y el movimiento Los Peregrinos.
La medida de fuerza, que se extenderá hasta el martes 11 de febrero, busca exigir al gobierno central mayores inversiones en obras públicas y un presupuesto justo para el desarrollo de este municipio, históricamente marginado en la distribución de los recursos nacionales.
El apoyo a la huelga ha sido contundente, superando el 70% de adherencia en todo el municipio. El comercio en el casco urbano permanece cerrado, con excepción de algunos establecimientos de primera necesidad.
Las calles, usualmente bulliciosas, lucen desoladas, mientras que el transporte público está prácticamente ausente, dificultando el movimiento de personas dentro y fuera de la ciudad.
Los centros educativos, tanto públicos como privados, suspendieron sus actividades, sumándose al llamado de las organizaciones convocantes. Además, se reporta una bajísima afluencia de trabajadores en las actividades productivas, incluyendo fábricas, talleres y otros sectores clave de la economía local.
Ante el masivo respaldo a la huelga, las autoridades han desplegado un amplio operativo de seguridad, con una notable presencia de efectivos policiales y militares en las principales vías y puntos estratégicos de la ciudad. Hasta el momento, no se han registrado incidentes violentos, aunque la tensión es palpable entre los manifestantes y las fuerzas del orden.
Moca, único municipio de la región del Cibao que menos presupuesto recibe del gobierno central, lleva años reclamando atención urgente a sus necesidades básicas. Las organizaciones convocantes exigen la construcción de carreteras, la mejora de los servicios de salud, la ampliación de la red de agua potable y el fortalecimiento de la educación pública, entre otras demandas.
El éxito de esta huelga refleja la unidad y el descontento de la población mocana, que ha decidido alzar su voz de manera pacífica pero firme. Vecinos, comerciantes, estudiantes y trabajadores han expresado su apoyo a la medida, destacando que es una lucha por el futuro de las próximas generaciones.
«Esto no es solo por nosotros, es por nuestros hijos y nietos. Moca merece crecer y desarrollarse como otros municipios del país», comentó una comerciante que decidió cerrar su negocio en solidaridad con la protesta.
Moca, históricamente conocida como «La Villa Heroica», demuestra una vez más su capacidad de organización y lucha. Sin embargo, queda claro que la solución no está en la confrontación, sino en el diálogo y la voluntad política de atender las justas demandas de un pueblo que solo busca progresar.
Por Luis Ramón López