En los primeros días de pandemia se criticó al Gobierno por no aplicar un confinamiento de la población mucho más severo, pese a que el toque de queda iniciaba a las 5:00 de la tarde. Se promovía al presidente de El Salvador, Nayib Bukele, como buen ejemplo en el manejo de la crisis, acusado por la ONU de violar derechos humanos.
La Oficina Panamericana de la Salud mantiene continuo asesoramiento a las autoridades dominicanas en lo relacionado con el protocolo de prevención y contención del virus, lo que ha permitido que no haya colapsado el sistema hospitalario.
Durante la mayor parte de la pandemia, la oposición política mantuvo el criterio de que las cifras de contagios y decesos hubiesen sido menores, con mayor nivel de drasticidad en el encierro domiciliario, quizás porque así se limitaba el accionar electoral del candidato del partido oficial.
Mientras naciones como Brasil, México, Perú, Ecuador no logran contener el avance del coronavirus, aquí la pandemia se mantenía bajo relativo control, sin aplicar la receta represiva de Bukele ni el desorden sanitario que promueve Jair Bolsonaro.
Debe destacarse que el Gobierno aplicó con urgencia y eficiencia programas de transferencia económica a casi un millón de trabajadores suspendidos, a más de dos millones de familias en condiciones de vulnerabilidad, además de promover políticas monetarias y financieras para asistir al sector productivo, incluido las Pymes.
La covid-19 arruinó a la economía mundial, incluida las de Estados Unidos, China, Unión Europea y América Latina, con una reducción en su PIB de un 5%, en promedio, pérdidas de más de 40 millones de empleos solo en Estados Unidos. Es obvio que la dominicana también fue impactada, pero no está en recesión.
En termino electoral todo iba bien, especialmente para una de las candidaturas opositoras, que navegada a plena vela bajo el influjo de los vientos generados por la abrupta suspensión de las elecciones del 16 de febrero, de la cual los fariseos culparon al Gobierno, pero los Pilatos de la OEA comprobaron que fue por negligencia del área de informática de la JCE, lo que también admitió el Pleno del organismo.
La historia comenzó a cambiar cuando al postulante del partido oficial se le ocurrió asistir a la población lacerada por la pandemia, con el traslado hasta aquí de grupos de médicos, estudiantes, obreros y viajeros varados en el extranjero, así como reconstruir viviendas, distribuir alimentos, mascarillas, equipos e insumos médicos.
A consecuencia de esa forma de realizar campaña en coronavirus, el tablero de las posiciones electorales ha comenzado a cambiar y el juego se ha puesto, como dicen los apostadores, “en línea”, razón por la cual se cambió abruptamente la receta de Bukele, por la de afirmar que el periodo de emergencia solo beneficia al candidato oficial. Esa es la historia.
Por Orión Mejía (orion_mejia@hotmail.com)