Siempre que el tiempo y el sueño me lo permiten, hago todo lo posible por no perderme el programa de Jochy Santos, que se transmite todos los martes a las nueve de la noche.
Realmente, en cada participación, contagia un dinamismo, una alegría y unos mensajes tan positivos, que, de manera personal, pienso que sus carcajadas pueden lograr sacudir a muchas personas que a esa hora, han roto el récord de enfrentar las situaciones del día a día.
Una noche, en medio de sus momentos de locura, dijo algo que me encantó: “Hay que morir joven lo más tarde posible”.
Quizás muchos no adviertan la importancia que encierra a esta frase. Es una invitación a todas aquellas personas que, como yo, y muchos de los que me leen, hemos entrado de una forma acelerada a cargar con los años, que por más que se quieran ocultar, son muchos, y a veces pesan demasiado, acorde con la actitud del propietario de los mismos.
Es una exhortación a mantener nuestro espíritu joven, alegre, con cierto desenfado ante la vida, de forma tal, que logremos que las personas jóvenes se sientan bien a nuestro lado.
Obvio que, sin hacer el ridículo, tratemos de enfrentar los días que nos quedan, mimándonos, cuidando nuestra alimentación, tratando de lucir bien, modernos, actualizados, en fin, haciendo todo lo posible por no quedarnos atrás. Si nos tiramos a muertos, realmente, ya lo estamos.
En mi diario vivir, me hace sentir muy halagada la forma en que muchos jóvenes me saludan, utilizando frases tales como: “Dímelo, que lo qué, Ta to, demostrando con eso, que se sienten cómodos conmigo, pero manteniendo el respeto por encima de todas las cosas. Se puede ser joven estando viejo, todo es cuestión de actitud.
Por Epifania de la Cruz (epifaniadelacruz@ gmail.com / www.renacerparatodos.net)
*La autora es psicóloga clínica