Nuestro presidente Luis Abinader Corona tiene en agosto próximo una segunda y última oportunidad para cambiarle el rostro a su gobierno, que actualmente no representa la mayoría de los perremeístas ni a la población dominicana.
Estamos frente a un gobierno apoyado en inversiones que no resuelven nada en el presente, tampoco impactan directamente a los de a pies, es verdad que son grandes inversiones, pero sólo benefician a una clase social pequeña.
La República Dominicana está formada por negros, mestizos y blancos, y aunque estos últimos son el 7% de la población, han sido los más beneficiados en los primeros dos años de gobierno del Luis Abinader.
La preocupación de nuestro presidente es qué hacer en agosto próximo, si hacer los cambios que afiancen su reelección y contar con el apoyo de generales de tropas como el ingeniero Ramón Alburqueque y el doctor Guido Gómez Mazara o seguir ese camino que transita, y que lo lleva a una derrota segura en las elecciones del año 2024.
Si recordamos los sabios consejos que le dio el ingeniero Alburquerque al presidente Abinader a inicios de su gobierno, que no descuidara a la Termoélectrica de Punta Catalina, porque sería la columna vertebral de su mandato y le recomendó no tener empresarios como ministros. Ahora vemos que tan sabios fueron esos consejos, pues vemos como se desploma el sistema eléctrico y los empresarios no han conectado con las bases.
Y es que los empresarios que actualmente son funcionarios sienten que no tienen compromisos con las bases del Partido Revolucionario Moderno (PRM), de quienes ni siquiera conocen sus dirigentes y en otros casos presentan problemas de corrupción por casos de la pasada administración.
El actual gobierno del presidente Abinader también enfrenta casos de empresarios que ha premiado como administradores de fideicomisos, pese a que son muy mal valorados, por su pésima participación en el sector eléctrico dominicano durante pasadas administraciones.
Las actuales autoridades no cuentan con un buen cuerpo de coach que lo ayuden a gobernar, tampoco tienen un buen lineup que produzca carreras para ganar juegos.
En conclusión, Luis Abinader debe tomar decisiones correctas en este último tramo del camino.
Señor presidente, yo que he trabajado para usted diariamente desde mi programa de televisión, pese a ser olvidado por su gobierno, el que ayudé a construir en los últimos cinco años, le aconsejo, como buen manager de equipo que es usted, ponga a jugar a los grandes ligas de la política dominicana para que repare el daño causado y dele banca a los funcionarios novatos de la liga Triple A. ¡Ya está bueno!
Por Omar Wright