El pasado 25 de noviembre se conmemoró en todo el mundo, el día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer, fecha en la cual se denuncia la violencia que se ejerce sobre las mujeres y se reclaman políticas en todos los países para su erradicación. La convocatoria fue iniciada por el primer encuentro feminista latinoamericano y del caribe en el año 1981.
Esta fecha se escogió en conmemoración a que el 25 de noviembre de 1960 por órdenes del dictador Rafael Trujillo fueron asesinadas, en la República Dominicana las tres hermanas Mirabal (Patria, Minerva y María Teresa), lo que fue acogido por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su resolución 54/134 el 17 de diciembre de1999.
La violencia contra las mujeres va en un peligroso aumento en el mundo y está convirtiendo a Latinoamérica en una de las regiones con los índices más altos de feminicidio, donde 4.050 mujeres fueron víctimas de feminicidio en 2022 y en la que la población femenina también sufre de desigualdad, pobreza, miedo a denunciar y falta de normativas que la protejan.
Es por todo esto que el pasado 25 de noviembre miles de mujeres de Latinoamérica, se manifestaron en defensa de sus derechos, con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una región, donde, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), se registra al menos el asesinato de una mujer por razones de género cada dos horas,
Organizaciones feministas, sociales y de derechos humanos convocaron marchas para reclamar a las autoridades más estrategias y políticas para poner fin a esa violencia y combatir otras lacras que afectan especialmente a la población femenina, como la desigualdad, los abusos sexuales y el acoso, en América Latina y el Caribe se hace obligatorio prevenir y eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas.
La Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer de las Naciones Unidas la definen como, «todo acto de violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública, como en la vida privada”.
Los datos regionales más recientes, entregados por organismos oficiales al Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe (OIG) de la CEPAL, publicados esta semana, más del 70% de los casos las víctimas son mujeres entre 15 y 44 años, mientras el 4% corresponde a menores de 15 años En el caso de Panamá y Uruguay, el porcentaje de menores de 15 años víctimas de feminicidio supera el 10%.
Debemos destacar que según el observatorio de igualdad de género de la CEPAL, las tasas más altas de feminicidios registradas durante 2022 por cada 100.000 mujeres fueron, Honduras (4.6), República Dominicana (2,7) ocupando el 2do. Lugar en América latina, le siguen El Salvador (2.4), Bolivia (1.8) y Brasil (1.7), esta situación de altos feminicidios es muy grave y dolorosa para la República Dominicana.
Lo que debe conducir a las instituciones responsables a trabajar por los derechos de las mujeres, a promover acciones que garanticen sus derechos humanos, coordinando con la sociedad civil planes a corto y mediano plazo, para que la situación no desborde a la sociedad y se pueda dar respuesta al fenómeno de la violencia de género, sensibilizando sobre este crimen a toda la sociedad.
Esto se correspondería con el llamado de la ONU y los organismos de derechos humanos a los gobiernos latinoamericanos a impulsar de manera urgente políticas de género en esta región, y a lo dicho por la directora regional de ONU Mujeres, María Noel Vaeza, al asegurar: “la evidencia demuestra que la presencia de un movimiento feminista fuerte y autónomo es un factor crítico para impulsar el cambio de políticas públicas para la eliminación de la violencia contra las mujeres”
El secretario ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs, manifesto esta dramática frase, “No nos cansaremos de repetirlo: América Latina y el Caribe tiene el deber de prevenir y eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas. Es inaceptable que más de 4.000 mujeres y niñas sean asesinadas cada año en nuestros países por razones de género”.
La violencia contra la mujer tal como lo dice el secretario general de la ONU, António Guterres, es una terrible violación de los derechos humanos y una crisis de salud pública”, la cual muchas veces es silenciada por un sistema que facilita la impunidad de los perpetradores, la estigmatización social y la vergüenza que sufren las víctimas, lo que debe ser combatido, para evitar el retroceso de los derechos de las mujeres y conseguir un mundo libre de violencia de género.
Por Luis Fernández
*El autor es político, escritor y comunicador