No tengo nada en contra de la tecnología, todo lo contrario, me encanta cómo tantas cosas se pueden resolver con solo dar clic o enter.
De manera personal, siento una gran preocupación con el lugar tan importante que ocupan los audífonos, en lo que a los seres humanos se refiere.
He visto familias enteras en un restaurant, supuestamente compartiendo, pero están apegados a un celular, y en ocasiones este aparatito es el dueño de los oídos, impidiendo que fluya una comunicación efectiva real.
Ha llamado también mi atención la cantidad de personas envejecientes obsesivas con el uso de este dichoso aparato.
Curiosa me puse a indagar sobre los efectos secundarios que el uso continuo del mismo podría ocasionar tanto a jóvenes como a las personas de edad avanzada.
Encontré los siguientes datos:
“La exposición excesiva al ruido puede contribuir a sufrir afecciones cardiacas y alteraciones en el sueño.
Un daño a nivel del nervio auditivo por causa del ruido no tiene cura, la exposición excesiva al ruido produce daño a nivel de oído interno, en consecuencia, hipoacusia y tinnitus…
La exposición excesiva al ruido también contribuye a sufrir afecciones cardíacas, dificultades en el aprendizaje, alteraciones en el sueño o incluso depresión.
Uno de los síntomas que se presenta en aquellos que están expuestos a ruidos intensos, es la llamada “tinnitus”, la cual se manifiesta como un zumbido permanente u ocasional en el oído, que no tiene tratamiento y es irreversible.” Fuente: http://www.essalud.gob.pe/essalud-uso-frecuente-de-audifonos-puede-causar-danos-irreversibles”.
Debemos sopesar, sobre todo si tenemos una edad avanzada, si vale la pena correr esos riesgos, alejarnos de las conversaciones normales que deben fluir con nuestros familiares, formar una isla aparte, dándole la prioridad a ese bendito aparato.
Por Epifania de la Cruz (epifaniadelacruz@ gmail.com / www.renacerparatodos.net)
*La autora es psicóloga clínica