Carlos Gómez, el multimillonario empresario mocano, ha ocupado la senaduría de la provincia Espaillat por dos períodos consecutivos, representando al Partido Revolucionario Moderno (PRM). Sin embargo, su presencia en la jurisdicción política que representa es tan escasa que se ha ganado el apodo de «el senador fantasma».
A pesar de su éxito empresarial y su aparente compromiso con el desarrollo de Espaillat, la realidad es que el senador Gómez, parece pasar más tiempo en la ciudad de Nueva York, que en los barrios y sectores de Moca, que lo eligieron. Su ausencia es notoria, y su oficina senatorial a menudo luce vacía.
Es cierto que Gómez, ha logrado éxitos empresariales notables y ha realizado obras benéficas a través de su fundación. Sin embargo, la función de un senador va más allá de las donaciones ocasionales o la presencia en eventos gubernamentales cuidadosamente orquestados.
La representación efectiva requiere una presencia constante, un oído atento a las necesidades de los ciudadanos y un compromiso diario con los desafíos de la provincia. Lamentablemente, el senador Gómez parece brillar por su ausencia en estos aspectos cruciales de su cargo.
Es preocupante que un representante electo por el pueblo pase más tiempo en el extranjero que en su propia jurisdicción. Esta situación plantea serias dudas sobre la calidad de la representación que Espaillat está recibiendo en el Senado de la República.
Los votantes de Espaillat merecen un senador presente, comprometido y accesible. Un representante que no solo aparezca para las fotos en eventos oficiales, sino que esté dispuesto a caminar las calles de Moca, escuchar las preocupaciones de sus ciudadanos y trabajar incansablemente para abordar los problemas de la provincia.
Es hora de que el senador Gómez decida si realmente quiere representar a Espaillat o si prefiere continuar con sus negocios en Nueva York. La provincia necesita un líder presente y dedicado, no un fantasma que aparece solo cuando las cámaras están encendidas.
Los ciudadanos de la provincia de abundante producción agropecuaria deben exigir más de sus representantes electos. La democracia funciona mejor cuando los líderes están verdaderamente conectados con las comunidades que sirven.
Es momento de que el senador Gómez demuestre su compromiso real con la provincia o dé un paso al costado para permitir que alguien más dedicado asuma esta importante responsabilidad.
La percepción en sentido general, del senador Carlos Gómez, aparenta ser un senador activo en la gestión de proyectos y obras para la provincia Espaillat, aunque los cuestionamientos crecen sobre su presencia física en la provincia, de cinco municipios, dos de ellos ubicado en el litoral costero del Atlántico.
Por Luis Ramón López