A todos los seres que habitamos el planeta Tierra, a veces se nos presentan tantas situaciones difíciles e inesperadas, que nos hacen perder el control, y preguntarnos si es un plan de la vida, o del Dios en que creemos, para que nos volvamos locos.
Cuando estamos atravesando por esas malas “rachas”, nos enfermamos mucho, se nos dañan muchas cosas al mismo tiempo, se nos olvidan eventos muy importantes, en fin, es como si todo se pusiera de acuerdo para que perdamos la razón.
De manera personal, a pesar de no ir a la iglesia, creo mucho en la existencia de un ser supremo que tiene el control de nuestras vidas, y que si permitimos que las dificultades nos derroten, le damos la razón al diablo, para que sea él quien triunfe y dirija las situaciones. Es por eso que cuando siento que todas las puertas se me están cerrando, repito en la voz más alta que pueda: “Mentiras del diablo, tengo fe, soy fuerte y saldré a flote.”
Creo firmemente que no existe un solo problema sin solución, y aunque en algunas circunstancias pensemos que todo está perdido, debemos mantenernos luchando con firmeza y sin miedos. Cuando de salir a flote se trata, nunca debemos permitir que los sentimientos de derrota, sean quienes asuman el liderazgo.
Ponga toda la parte humana que se necesite, cuando se sienta invadido, pero recordando siempre, que hay momentos, donde todo resulta tan imposible de solucionar, que quizás, es preciso de soltar todo, abandonar el terreno, y posiblemente veamos cómo aflora la luz que nos indica el final de la situación que nos está destrozando. ¡Adelante, el camino es largo, pero se puede, que se pierda cualquier cosa, pero nunca la fe!
Por Epifania de la Cruz (epifaniadelacruz@ gmail.com / www.renacerparatodos.net)