¿Te ha pasado que al comprar una de tus picaderas favoritas te das cuenta de que se mantiene la funda igual, pero que dentro viene menos cantidad y que en muchos casos el empaque está llena de mucho aire que le da la apariencia de estar llena?
¿O que muchos bizcochos, fundas de semillas, yogurt, hamburguesas y otros productos están mucho más pequeños? Esto es conocido como reduflación que es la acción que ciertos comercios aplican para mantener a los consumidores sin subir los precios.
Cuando más afecta a la población es cuando es reducción en el tamaño del pan, la funda de arroz, los espaguetis, chocolates y otros de los alimentos de la canasta familiar. Es dar menos por lo mismo, pero el escenario que más nos preocupa es cuando le suben el precio al producto y al mismo tiempo reducen la cantidad o el tamaño.
Creemos que en el escenario primero, que es donde se mantiene el precio pero se reduce el tamaño o la cantidad, esto se le debe informar al consumidor para que este decida si comprar ese producto o si irse a otra marca. En el segundo escenario, que es donde se aumenta el precio y se reduce el tamaño o la cantidad, creemos que esta acción podría entrar dentro de lo ilegal.
Algunos expertos se refieren a esta práctica como “la inflación invisible”. Esta fea acción se inició años atrás, pero en los últimos tiempos se ha convertido en una costumbre que se conoce en el extranjero y que en República Dominicana cada vez es mayor.
El concepto de reduflacion se atribuye a la economista estadounidense de origen británico Philippa ‘Pippa’ Malmgren, experta en economía tecnológica, asesora de los anteriores presidentes como George W. Bush o Barack Obama. Ella lo bautizó como ‘shrinkflation’, combinando de manera ocurrente el término inflación con el verbo ‘shrink’ (contraer).
Consultados algunos productores, estos tienen respuesta para justificar la acción de que sus marcas entren en la reduflación como el aumento en los costos de las materias primas, alto precio de la electricidad, subida importante en el precio del transporte y mano de obra costosa.
Otra acción que si es aplaudida por nosotros es cuando diversas marcas en República Dominicana han implementado lanzar una versión especial más reducida y también a un precio menor, donde se le coloca un nombre que se le distinga con una presentación diferente también.
Esto constituye un alivio para la muchas veces ignorada clase popular y para un alto porcentaje de una maltratada clase media que es la que siempre es más castigada con altos impuestos.
Por Ángel Puello