Lo hemos dicho y murmurado en reiteradas ocasiones, en este gobierno, el del Partido Revolucionario Moderno, el que encabeza Luis Abinader, se van a sentar precedentes y uno de los míos va en la dirección del cuidado de los partido políticos, porque soy de los que piensan que si a tiempo nuestras organizaciones no le ponen freno a la entrada de personas que llegan a sus filas con sacos de dinero de dudosa procedencias en el tiempo las veremos desacreditarse y deteriorarse moralmente y a otros desaparecer de la faz política.
Yo no hablo de entidad partidaria en particular y sí de todas en sentido general.
No es posible que gente sin formación, sin nivel y sin perfil social y empresarial se acerquen a las entidades políticas y de la noche a la mañana ya estén juramentadas como miembros de sus comités ejecutivos y de su comisión política y más tarde levanten aspiraciones a la presidencia de la República, al congreso y a los ayuntamientos.
Las formaciones políticas necesitan ser saneadas, porque a donde asistimos los electores no es a un hipódromo a hacer apuestas a una carrera de caballos. A esto hay que ponerle un tente ahí, porque no es verdad que debemos seguir dándonos el lujo de tener la perversidad como modelo.
Hay que estar en el pellejo de los familiares de un militar para saber qué se siente al saber que su pariente cuida las espaldas de un funcionario público que es sindicado como corrupto o narcotraficante.
Hay que decirlo sin ambages que el narcotráfico y la corrupción han envenenado el alma de la sociedad, donde se da el caso que un dominicano llega a tener mejor valoración de un rico corrupto que de un pobre honesto.
En algún momento habrá que ponerle el cascabel al gato, porque el gobierno no debe seguir siendo usado de botín, donde cualquier descerebrado se mete a político para asaltarlo.
Desde la base de la sociedad debemos exigirles a los actores políticos para que elaboren programas y propuestas de gobierno a fin de extirpar la corrupción y los males que corroen nuestra nación.
Los que militamos y los que no, en partidos políticos queremos escuchar hablar de honestidad, de respeto a las leyes y del servicio al país, porque la nación no puede seguir siendo un pedazo de isla rodeado de corruptos por todas partes.
Por Nélsido Herasme
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