Se necesita de líderes experimentados, “capaces de pilotar sus naciones en medio de los cambios en el orden internacional a los que asistimos”, líderes que tengan “una visión comparable a la que se obtiene desde lo alto de una montaña».
Los entrecomillados del título y del subtítulo de este artículo son citas de los destacados políticos norteamericanos Henry Kissinger, recogidas de su último libro “Liderazgo”, y del fenecido expresidente Richard Nixon, de su libro “Lideres”, en los que ambos analizan la trayectoria de diferentes líderes y gobernantes que sobresalieron por sus cualidades excepcionales y por las sobresalientes obras que realizaron en sus respectivos países.
El experimentado político norteamericano Henry Kissinger, ex secretario de estado de los presidentes Richard Nixon y Gerald Ford, se coloca en medio del cambiante y confuso mundo que se observa en la actualidad, por lo que advierte que para enfrentar con éxito el porvenir que nos espera, se necesitan líderes, “capaces de pilotar sus naciones en medio de los cambios en el orden internacional a los que asistimos”.
Retrotraído a la presente coyuntura de la República Dominicana, y sus perspectivas de mediano y largo plazo, me encuentro que la descripción, advertencias y condiciones del líder que definen Kissinger y Nixon encuadran perfectamente con las cualidades excepcionales que adornan al ex presidente Leonel Fernández, por lo que en la lectura de ambos textos “entre líneas me aparece el líder de la Fuerza del Pueblo”.
Nadie en este país regatea que el ex mandatario es un líder estratégico, “necesario para estos tiempos”, como el líder que Kissinger, portador de una “dimensión intelectual que le cabe el país en la cabeza”, con un profundo y amplio dominio de las complicadisimas situaciones en las que está envuelta el mundo actual, pero que también un Leonel que tiene “la dimensión intelectual que le cabe en el mundo en la cabeza”.
“No es lo que te sucede, es saber que tú haces con lo que te sucede”
Conozco la citada obra del ex secretario de Estado norteamericano por un amplio análisis ponderados y pormenorizado que aparece en la “Nueva Revista”, de España, que lo que permite tener una visión bastante aproximada a lo que plantea el experimentado político, por lo que, para asimilarlo al Leonel que “entre líneas” me aparece, prefiero reproducir unos cuantos párrafos del referido trabajo.
“Las primeras páginas del libro las dedica Kissinger a plantear el marco conceptual del liderazgo estratégico, cuya necesidad considera apremiante en momentos de transición, cuando los valores e instituciones en vigor comienzan a ser cuestionados y los rasgos del futuro orden permanecen aún sin definir.
“En esas situaciones, algunas cualidades de liderazgo aparecen ya como fundamental: las dotes de análisis, la capacidad de inspirar a otros, la de comunicación, la firmeza de carácter para mantener ese camino incluso frente a la adversidad, o la habilidad para gestionar riesgos, dibujan un retrato del líder ideal.
“Sobre la base de estas cualidades esenciales, Kissinger define una tipología del liderazgo articulada sobre los dos modelos básicos del «estadista» y del «profeta». Ambos deben aspirar a reunir todas las cualidades propias de un líder, pero, mientras que el primero es, ante todo, un buen gestor que aplica su esfuerzo a la preservación del modelo de sociedad que lidera, moderando la visión de futuro con un ejercicio de cautela; el segundo es, por el contrario, un visionario orientado al futuro que no se conforma con gestionar el statu quo, sino que aspira a transformarlo.
“Como sucede a menudo con los modelos teóricos, es difícil hallar en la práctica líderes «puros» de cada uno de los tipos definidos conceptualmente. Más frecuentemente, lo que la realidad ofrece son ejemplos híbridos que participan de las características de los dos tipos, con líderes que muestran una tendencia natural al predominio de uno sobre el otro, o con otros que son capaces de transitar de uno a otro tipo en función de las circunstancias”.
Y cuando se coloca en medio de un cambiante mundo como el que se observa en la actualidad, el destacado político norteamericano advierte que para enfrentar con éxito el porvenir que nos espera, se necesitan líderes experimentados, “capaces de pilotar sus naciones en medio de los cambios en el orden internacional a los que asistimos”.
“Los líderes tienen que ser capaces de ver por encima de lo mundano y más allá de lo inmediato. Necesitan tener una visión comparable a la que se obtiene desde lo alto de una montaña”, acota el ex presidente Richard Nixon, en su libro “Lideres”.
Por Rafael Méndez