El pasado 18 de febrero, la democracia de la Republica Dominicana sufrió un duro golpe y un brutal retroceso, como fruto del abusivo y descarado uso de los recursos del estado, de parte de un gobierno que solo persigue imponerse a toda costa, violentando las reglas elementales de la sana competencia política, vulnerando los principios de equilibrio y transparencia, lo que ha trastornado totalmente el proceso.
Las acciones del PRM y su gobierno trataban de impedir una expresión libre de la democracia y sobre todo amedrentar la voluntad del pueblo dominicano durante el proceso electoral, de modo que los que no votaran por ellos se abstuvieran de votar, lo que ha provocado que en el presente proceso electoral se haya producido la abstención más alta de los últimos 50 años en unas elecciones municipales.
El nivel oficial de abstención en las elecciones municipales del pasado domingo es de 53.4%, de acuerdo a cómo se establece a partir de los reportes oficiales de la JCE, donde se señala que los votos emitidos fueron 3,775,587 y el total de personas habilitadas para votar era de 8,105,151., estos números indican que alrededor de 4,000,000 de dominicanos no votaron en el pasado proceso electoral.
Las maniobras montadas por el PRM y su gobierno en las pasadas elecciones municipales de febrero, demuestran lo critico y penoso del periodo actual de la historia democrática que vive el pueblo dominicano, lo que debiera ser una vergüenza para un partido que de manera desvergonzada se ha dedicado a la compra sin control de alcaldes, diputados y dirigentes políticos de la oposición.
Solamente al Partido de la Liberación Dominicana PLD, el partido de gobierno aprovechándose del poder que ostenta y de los enormes recursos económicos que maneja a su antojo, ha logrado conquistar a 15 alcaldes, 9 diputados, una gran cantidad de directores de Distritos Municipales y varios dirigentes políticos, lo que refleja una clara intención de destruir y disminuir al principal partido de la oposición.
Lo que es denunciado por el Ing. Temistocles Montas vicepresidente del PLD con estas palabras, “Un Gobierno verdaderamente democrático debería ser el primero en desestimular la práctica del oportunismo político por el daño que, a la larga, le hace al sistema de convivencia democrática. Sin embargo, en República Dominicana no es así. Aquí, el oportunismo político es promovido intensamente por el Gobierno”.
Como ha quedado claro en este proceso electoral municipal, el gobierno perremeista , como muy bien lo estableció en su slogan electoral aspira a un solo gobierno, estableciendo un control absoluto en los poderes del estado, ejecutivo , legislativo, judicial , a lo que pretende agregar el poder municipal , para profundizar el autoritarismo y la falta de tolerancia de esa organización política.
Lo que se vio el pasado 18 de febrero en las elecciones municipales, fue una gran cantidad de irregularidades, entre las que sobresalen la compra de cedulas a las claras de manera descarada, la apabullante presencia de activistas oficialistas en torno a las mesas de votación, el abusivo uso de los recursos del estado entre otras, lo que ha vulnerado la voluntad popular y el sistema electoral dominicano.
Estas acciones constituyen un delito electoral que debe ser sancionado con toda la energía, ya que como lo dijo la misión de observadores de la OEA, “el delito electoral es un fenómeno preocupante que afecta a la democracia y que incide también en el abstencionismo y que finalmente se vio en el país”, se hace necesario que el fiscal electoral y la JCE actuen y sancionen a los responsables de estas prácticas.
La democracia ha sido fuertemente afectada con las irregularidades del pasado proceso electoral municipal y se impone que la JCE tome medidas a la mayor brevedad para que estas no se repitan en el venidero proceso del 19 de mayo y el mismo se pueda desarrollar de manera transparente y se retome la confianza en la imparcialidad que debe tener un organismo arbitro como la JCE.
Estas prácticas indebidas del partido de gobierno, lo que están produciendo es mucha desconfianza en las instituciones democráticas, socavando la credibilidad en la política y el sistema democrático, propiciando un clima de confrontación entre las diversas fuerzas políticas que conduce a la ingobernabilidad y a la alteración de la paz social que merece el pueblo dominicano.
Estamos a tiempo de evitar que se repita el próximo 19 de mayo, el derroche grosero de recursos del Estado, no se puede imponer con artimañas y trampas un gobierno en este pais y menos un gobierno que tanto daño le ha hecho a la República Dominicana, la JCE debe actuar con firmeza, tomando las medidas necesarias para garantizar un proceso electoral transparente, donde se exprese la verdadera voluntad popular.
Por Luis Fernández
El autor es político, escritor y comunicador