Desde que se dispone de datos sobre los niveles de vida, América Latina y el Caribe ha sido una de las regiones del mundo que presenta la mayor desigualdad, exclusión y pobreza, esto es válido con respecto a casi todos los indicadores concebibles, desde los ingresos o gastos en consumo hasta las mediciones de la influencia y la participación política y la mayor parte de los resultados de salud y educación.
La desigualdad es obstinadamente alta en América Latina y el Caribe y se manifiesta en muchos aspectos de la vida de las personas desde la desigualdad de oportunidades y la desigualdad en el acceso a la justicia, los servicios sanitarios o la educación de alta calidad, hasta las enormes diferencias en la capacidad de las familias para hacer frente a los desastres, llámense pandemia o cambio climático.
La desigualdad es una de las características más distintivas de las economías latinoamericanas, también es una de las principales preocupaciones sociales y políticas de buena parte de los ciudadanos latinoamericanos y caribeños, que sufren en el dia a dia, la inaceptable falta de oprtunidades y las crisis en los salarios, la educación, la vivienda y el acceso a los servicios básicos.
El alto nivel de desigualdad tiene costos considerables, aumenta los niveles de pobreza, disminuye el impacto del desarrollo económico destinado a reducirla, también perjudica el crecimiento económico, en especial cuando se asocia a la falta de equidad en el acceso al crédito y a la educación y a las tensiones sociales, todos estos motivos hacen necesario un serio esfuerzo de los países latinoamericanos
América Latina tiene una larga historia de desigualdad, donde los conflictos sociales producto de la pobreza, el desempleo, el crimen, la violencia y la exclusión social, han conducido a una enorme injusticia en la distribución de la riqueza y en el acceso a los bienes sociales, lo que está dañando gravemente el tejido democrático y produciendo situaciones de crisis e inestabilidad política.
Los más vulnerables en America al abuso, la exclusión y/o la discriminación son, mujeres, indígenas, afroamericanos, migrantes, discapacitados, trabajadores informales,todos con una posición desventajosa en la sociedad, por su gran vulnerabilidad economica, raza, estatus migratorio, características físicas o posición laboral, siendo la pobreza más elevada en la infancia y la adolescencia.
Según datos de la CEPAL en el 2022 Se profundizará la desaceleración de América Latina y el Caribe y se prevé un promedio de crecimiento regional del 1.8%, menor crecimiento esperado, el que estará acompañado por una mayor inflación y una lenta recuperación del empleo, situación que agudizará los problemas inflacionarios, aumentado la volatilidad y costos financieros.
A la vulnerabilidad económica, producto de un nivel insuficiente e inseguro de ingresos, se unen otras desigualdades, como la desigualdad en el patrimonio, que seguramente sería mayor que la de ingreso, en America latina el problema es que la distribucion de los recursos no es equilibrada lo que no permite disminuir la desigualdad ya que los ricos siempre se oponen a repartir los frutos del crecimiento.
La realidad es que una minoría concentra en sus manos la mayor parte de las riquezas mientras la gran mayoría de la población se reparte el pedazo más pequeño de la torta, lo que es confirmado por el politólogo Stefan Peters, director del Instituto Colombo-alemán para la Paz (CAPAZ), al afirmar que, “Hay una persistencia de las desigualdades extremas”, algo a lo que hay que ponerle atención.
Esto es tan visible que, según un informe de la OXFAM, que es una organización internacional formada por 19 organizaciones no gubernamentales y que trabaja con otros para combatir la pobreza y el sufrimiento, dice que, «la fortuna de los 73 milmillonarios de América Latina aumentó en 48.200 millones de dólares desde el comienzo de la pandemia” y que un nuevo millonario surge cada dos semanas.
La brecha entre ricos y pobres cada vez se ensancha mas, Hans-Jürgen Burchardt, director del Centro de Estudios Latinoamericanos (CELA) de la Universidad de Kassel, a dicho lo siguiente, ‘’en muchos países de América Latina una elite económica está concentrando hasta un 40% o 50% de la riqueza. Es un desbalance económico y social muy fuerte que expresa la desigualdad”,algo verdaderamente escandaloso.
La pobreza y la desigualdad son inaceptables en un continente que no es pobre, pero si muy injusto y mal administrado por elites económicas que gobiernan para su beneficio, la situación de desigualdad social de América Latina necesita reformas de fondo y políticas públicas que ayuden a equilibrar la situación y superar la crisis. provocando un cambio en el tema social en la agenda de la Región.
Por Luis Fernández
*El autor es político y comunicador