El debate con la realidad

En un hecho sin precedentes en la política dominicana y de manera excepcional en una contienda electoral, los aspirantes a la presidencia para las elecciones del 5 de julio tuvieron la oportunidad de probar sus competencias, habilidades e inteligencia, en un escenario real, no en un espectáculo,

enfrentando la pandemia en donde se manifestaron sus sentimientos humanitarios, sensibilidad social, valentía y cuál es el espacio que ocupan las personas en su mente y en su corazón.

Pienso que el debate de las ideas es un ejercicio importante en la vida democrática. En las teorías de campañas electorales, despierta sumo interés el histórico debate entre Kennedy y Nixon; y aunque no fue entre candidatos, sí tuvo un fuerte impacto electoral el debate en 1962 entre el profesor Bosch y Láutico García. En síntesis, en estos eventos se busca que los aspirantes a la presidencia, con su actuación puedan de manera formal llamar la atención de los ciudadanos para ganar su confianza.

Pero en esta ocasión, la confianza tenían que obtenerla respondiendo a una situación real, mostrando sus competencias en el manejo de crisis. Y resulta, que mientras un candidato observaba el drama por televisión y otro conceptualizaba, Gonzalo se ha mantenido trabajando junto a su pueblo. En esta experiencia, quedó superada una de las debilidades recurrentes de las ciencias sociales, que son ex post facto. Contamos con una prueba de «laboratorio».

Estoy convencido que la situación Gonzalo se va a incorporar a «casos» de estudios de los especialistas. Para la mayoría de los dominicanos, Gonzalo Castillo pasó con notas sobresalientes la prueba, respondiendo oportunamente a las múltiples necesidades de la gente.

Por Ramón Ventura Camejo
*El autor es miembro del Comité Político del PLD y ministro de Administración Pública (MAP).
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