El discurso de rendición de cuentas del presidente Luis Abinader, el pasado 27 de febrero ante la Asamblea Nacional, fue una pieza cargada de imprecisiones, verdades a medias, algunas exageraciones y planteamientos hechos fuera de contexto, que lo que persiguen sin éxito, es ocultar la realidad del retroceso que vive la sociedad dominicana, desde que el PRM asumió la dirección del estado en 2020.
El país vive en un franco deterioro de su calidad de vida, de los servicios públicos (911, etc.) y de la institucionalidad democrática como quedó demostrado con las groseras irregularidades cometidas en las pasadas elecciones municipales del pasado 18 de febrero, a lo que debemos agregar las numerosas promesas incumplidas por el PRM y su gobierno, que han profundizado la falta de confianza del pueblo en los políticos.
La promesa del mandatario en la campaña electoral del 2020 de mejorar la calidad de vida de la población, reduciendo en un 30% la canasta familiar, se ha quedado en pura palabrería, ya que, por el contrario, lo que ha habido es un considerable y abusivo aumento de los artículos de primera necesidad, que según cifras oficiales del Banco Central la inflación ya alcanza un 32%.
Esto ha hecho que las familias pobres, tengan graves necesidades y se les dificulte comer tres veces al día, lo que contradice la gran bonanza económica que nos presentó el presidente en su discurso, la realidad es que el país tiene uno de los costos de la vida más alto registrado en décadas, lo que se traduce, en más padecimientos y limitaciones para una población que ya no aguanta más restricciones.
La buena economía que nos está señalando el presidente de la República en el mencionado discurso, contrasta con la triste realidad de una población cuyos limitados recursos apenas le alcanzan para mal comer, También los pequeños y medianos productores han sufrido las consecuencias de las malas políticas del gobierno en el campo y solo algunos privilegiados han sido favorecidos.
Este gobierno ha aplicado una política de privilegiar las importaciones en perjuicio del productor nacional poniendo en peligro la seguridad alimentaria del pueblo dominicano, privilegiando en consecuencia a los más ricos, condenando a los sectores más empobrecidos del país a la pobreza extrema y a un sin número de necesidades, lo que parece que el presidente no juzgo importante.
También la ADP calificó como argumentos falsos los presentados por el presidente de la República, señalando que, “En el discurso se establece que, actualmente, tenemos 2,070,000 estudiantes en los centros educativos públicos. Sin embargo, antes de la Pandemia, en el año escolar 2019-2020, la matrícula escolar fue de 2,105,747. Por lo tanto, 4 años después, la matriculación de alumnos es inferior a los niveles previos a la pandemia, en 35,747 alumnos”.
Otra falsedad observada por la ADP fue decir que en los pasados 4 años se han construido 121 nuevos planteles escolares, los cuales suman 1,876 nuevas aulas, que acogen a 65,000 estudiantes. “Con este dato, en el discurso presidencial se admite el fracaso de las políticas de construcción de escuelas, ya que, en 4 años, el Ministerio de Educación ha sido incapaz de construir el 81% de las aulas que necesita el país”,
El documento del gremio magisterial dice que, en realidad, de las más de 10,000 aulas que faltaban en el año 2020, sólo se han logrado construir 1,787. Agregó que igualmente, las nuevas aulas construidas albergan un promedio de 35 alumnos por salón, lo cual viola los límites del diseño curricular dominicano y hace imposible un desempeño docente eficiente, al igual que imposibilita un ambiente de aprendizaje.
El discurso del mandatario refleja que en materia de seguridad ciudadana el gobierno tiene pocas cosas que presentar al país, ya que ha tenido un pobre desempeño en esta área, donde la violencia, la delincuencia, los robos y la inseguridad ciudadana siguen siendo los problemas que actualmente más preocupan a los dominicanos, tal como lo reflejan encuestas recientes.
Los hechos de violencia y la inseguridad ciudadana siguen sacudiendo al país, lo que es una expresión del fracaso del gobierno con relación a la seguridad ciudadana, cuyo tema es una deuda pendiente de las actuales autoridades, que en su discurso el presidente Abinader debió tocar con más firmeza, ya que el mismo afecta los derechos fundamentales de la población como el de vivir en paz.
El discurso del presidente Abinader constituyo un vano intento por ocultar la realidad del país y la pobreza y desigualdad de una gran parte de la población, por eso no dedico tiempo a aportar soluciones claras y definidas, a los graves problemas que afectan a la población en general y a sus sectores más vulnerables, sino que estableció una enorme distancia entre lo que expuso y la realidad del país.
Por Luis Fernández
*El autor es político, escritor y comunicador