Antes de comenzar el siguiente trabajo de opinión, hicimos un recorrido por la analogía histórica del llamado “Efecto carambola”, para ver si la tesis sobre lo que consideramos el eje motor del recién creado conflicto con Haití, encontraba respaldo en los resultados obtenidos de otros escenarios.
Que bajo similares circunstancias, nos permitan desarrollar un análisis sobre lo que pudiera ser un problema social y económico, estimulado en su raíz por un propósito de carácter político.
El efecto carambola, es un término que se utiliza tomando como referencia un juego de billar llamado “Carambola”, en el que con una bola y de un solo tiro, se le debe pegar a otras dos que comúnmente no se encuentran juntas, sino que por el contrario llegan a estar muy separadas.
Existen otros deportes en donde el efecto carambola, obtiene iguales resultados. En el futbol por ejemplo, es utilizado con elevados niveles de aciertos para el ejecutante.
Incluso en estrategias de grupos poderosos, se le ha llegado a denominar “La carambola del mal”. Otros, quizás más conservadores, prefieren sintetizarlo y la llaman “La gran redoblona”. Pero en cualquiera de los casos y una vez puesta en marcha, los resultados son eventualmente precisos para quien la ejecuta.
En política, una maniobra clásica del efecto carambola, es tratar de impactar sobre un objetivo estratégico y lograr que ese mismo golpe provoque a su vez, un efecto destructivo sobre un segundo objetivo.
Entonces, si partimos de lo anteriormente dicho, podríamos deducir que para generar una reacción de manera indirecta, tendríamos que utilizar este principio e influenciarlo en torno a un propósito determinado.
Por lo que si miramos en el epicentro de lo que ha generado el impase, entre las autoridades dominicanas y las autoridades haitianas, pudiéramos estar asistiendo a una confabulación de corte político, en cuya maniobra estaría dándose un efecto carambola.
En el cual, estarían involucrados sectores nacionales que no les interesa salir a la luz, pero que pudieran estar golpeando la bola para que a través de otros, se creen situaciones adversas al estado dominicano.
Si evaluamos la manera como han surgido los hechos, podremos ver que de la nada se ha presentado un conflicto en torno a unas relaciones comerciales que se suponían estables.
De igual modo, vemos como en un punto específico de esas relaciones, luego de la visita oficial del presidente dominicano a suelo haitiano, es cuando se toma la iniciativa de ejecutar una acción que ha desembocado en un conflicto entre las dos naciones.
Donde sin todavía haber concluido las formalidades de esa visita; “aun estando caliente el muerto”. De repente las autoridades haitianas, se destapan con semejante agravio, sin tomar en consideración ningún tipo de medida protocolar que dé al traste con la canalización de esa decisión.
Entonces, partiendo de nuestra tesis y del razonamiento sobre el por qué… al concluir una visita oficial del presidente Medina, luego de haber agotado una agenda con su homólogo el presidente Martelli. Ahora los problemas del gobierno, se han concentrado en una discusión con nuestros vecinos de al lado.
Que sin mediar palabras nos han impuesto una veda que afecta el flujo del comercio bilateral entre las dos naciones.
Si tomamos una lupa y observamos las excusas que esgrimen las autoridades haitianas, en torno al problema de los huevos y los pollos; encontraremos que en esas objeciones están metidas manos extrañas, de sectores que intentan crearle una situación al gobierno dominicano y de paso, al presidente de la república.
Por lo que creemos que esas acciones, estarían buscando poner a prueba la capacidad de respuesta del mandatario. Procurando por un lado, poner en evidencia cualquier debilidad que lo conduzca a una decisión errada.
Mientras que por otro lado, pudiera estar dándose un proceso escalonado, en el que se procure desestabilizar paulatinamente las simientes emocionales de la actual gestión.
Entonces, en uno y otro caso, tendríamos que al gobierno y al presidente de la república, les han estado asechando mentes retorcidas que ante la imposibilidad de poder presentar una oposición directa, estarían jugando al juego de la carambola, procurando desarrollar una estrategia sistemática sin evidenciarse ante los demás.
Ante ese hecho, supuesto pero no descartable, al gobierno y al propio presidente, habría que protegerlos de todo aquello que les pueda lesionar.
A lo que nos animamos a agregar que incluso, habría que protegerlos hasta de nosotros mismos.
Dijo una vez Juan Bosch:
“En política hay cosas que se ven… y cosas que no se ven, las que se ven son importantes, pero las que no se ven lo son más”.
Luego de este análisis que acabamos de compartir con ustedes, concluimos diciendo:
En política hay ocasiones en las que los problemas se buscan y otras, en las que llegan de carambola.
Por Fitzgerald Tejada Martínez (@ fitzgerald2413)