No existe mayor experto en el mundo que un fanático dominicano en un asiento de estadio de pelota, una cancha de baloncesto o de pasajero en el transporte público.
En los dos primeros casos, siempre tienen mejores estrategias que los Managers y deciden si el jugador lo hizo bien o mal y en función de eso plantean como debió ser, el del transporte tiene la solución a todos los problemas.
Como el pasajero de guagua, Abinader y su gente lo criticaban todo y tenían solución para todo.
Para convertir en acciones lo que hasta el 16 de agosto del 2020 era solo “bla bla bla” en los medios de comunicación y especialmente por las redes sociales, fueron llamados por la mayoría de los dominicanos que ejercieron el derecho al voto en las elecciones de mayo del mismo año.
Pero como dice el refrán, «una cosa es con guitarra y otra cosa es con violín», los nuevos inquilinos del palacio cambiaron a todo el equipo y amenazaron con romperles las siquitrillas uno por uno, enfrentando su primer fracaso, no había justificación para romper a todos.
El nuevo equipo no practicó, no conoce muchas jugadas, no tiene experiencia, no tiene un plan y ahora no sabe jugar.
Dejaron caer la calidad de la asistencia en las carreteras, el servicio en los hospitales, la asistencia social, el 911, los servicios del agua, el desayuno escolar, de las oportunidades de becas no sé, pues, ya no se habla de eso.
Prometieron bajar los combustibles y diga usted. Ay señores lo que no les perdonaremos nunca es que en vez de bajar la comida, la escasearon y dispararon los precios de la canasta familiar, que después de la gente desmontar los inversores han tenido que volver hasta a comprar velas por los apagones y que la delincuencia, por la que le pagamos un dinero a un señor que sabía cómo hacerlo que la iba a reducir en un 50 por ciento, ha aumentado en un porcentaje que no puedo decir porque soy muy malo en eso de números, pero para tranquilidad nuestra parece ser que es sólo percepción y les creo, porque a pesar de que nos están rompiendo la mamasita, nos dicen que estamos cambiando y lo peor es que hay quienes lo creen.
Aunque parece ser que Abinader y el ministro de la seguridad no están afinados y han aplicado un plan bastante creativo, poner a patrullar a los guardias y policías con todos los hierros a los que puedan echar manos, entonces vamos a cuidarnos de los delincuentes y vamos a cuidarnos de los que nos van a cuidar. Sí, me gustaría saber si esa idea fue del asesor aquel, pues a nadie se le había ocurrido antes o quizás sí.
Me preocupa que, de las palabras del comandante mayor, parece ser que podrían darle de baja a muchos, no me opongo, pero ¿se resuelve de esa manera? ¿Cuándo vendrán planes deportivos y culturales para combatir esos males?
¿Cómo les daremos oportunidades y esperanzas a esos jóvenes que están delinquiendo por ahí?
¿Qué haremos para detener la cultura de lo fácil y de metas y objetivos basados en los falsos valores?
Les sugiero algo, pues las declaraciones y decisiones que veo en los funcionarios con el súper a la cabeza es que han tirado la toalla y que se han dado cuenta que la cosa no era tan sencilla, como ustedes han dado una contundente demostración de coger dinero prestado y de invertir mucho en publicidad, vamos mejor a educar este pueblo y combatir los mensajes que impulsan nuestros jóvenes por caminos equivocados.
Finalmente, otra recomendación, ya no sigan culpando al gobierno pasado de todo, parece ser ya no les están creyendo mucho.
Por Charlie Núñez