El PLD está en este momento en una situación muy delicada después de la aprobación de la reelección de Danilo Medina por parte de Comité Político, organismo que sin prever los riesgos electorales y la estocada mortal que le dan a la Constitución cuando se modifica solo para beneficiar a un proyecto personalista que busca desde el poder obtener beneficios económicos y políticos para avasallar a sus adversarios, ya sean estos de su propio partido o de la oposición.
Pero parece que tal como lo hizo Stalin en contra de León Trosky, fuera y dentro de las fronteras rusas, comenzaron con el descredito primero del hombre de la revolución permanente, a fin de aniquilarlo políticamente, como en efecto sucedió, y luego lo eliminaron físicamente en México.
Así parece que se urde la trama de aniquilación concebida por los enfermizos enemigos nacionales y extranjeros del partido fundado por el insigne patriota Juan Bosch, para lo cual han entendido que para lograr esa travesura es necesario orquestar campañas difamatorias y desafiantes en contra del oponente interno.
Esta campaña no ha tomado en cuenta que éste oponente es quien más triunfo le ha traído a su partido, y que pudo quedarse en el poder con la fuerza electoral que poseía y en cambio desechó por principio y honorabilidad continuar en el poder sobre la base de producir una modificación electoral a su medida como ha sucedido ahora.
Han hecho de todo para lograr tales propósitos malsanos, empezaron con lo del supuesto déficit fiscal del gobierno pasado, después con las encuestas amañadas, luego propiciaron los juicios populares en los barrios y más tarde trajeron a Quirino, un reconocido delincuente internacional, solo con el propósito y la mala intención de restarle credibilidad y frenar la merecida y constitucional aspiración presidencial de Leonel Fernández. ¡Qué descarados son!
En ese despropósito de la encerrona en contra de Fernández compraron a mercaderes que sí saben realizar campañas manipuladas a través de los medios de comunicación, dentro de los cuales se enmarca Cesar Medina, un periodista que no sabe utilizar el periodismo para educar orientar e informar, como decía el teórico de la comunicación Paul Lazarsfeld, sino para obtener grandes ventajas económicas al igual que otros supuestos peledeítas enquistados en programas matutinos, que en realidad más periodista son carniceros busca pesos.
Estuve convencido durante mucho tiempo de que ese titán peledeísta que nos dirige hoy desde el poder era incapaz de violar los estatutos de su propia organización y los de la nación dominicana en aras de obtener cuatro años más.
Incluso llegué a pensar y hasta afirmar en reiteradas ocasiones que el estilo y moralidad de que esta imbuido Danilo Medina, jamás le permitiría caer en aberraciones históricas que pudieran marcar su nombre como uno de los presidentes más ambiciosos, simulador y aniquilador de su propia maquinaria política, es decir del PLD.
Pero como la realidad se impone a los deseos, pues ahora Danilo en otro escenario tendrá que buscar mediante la compra de legisladores de la oposición y de su propio partido la modificación constitucional.
Cuestión que le traerá muchos inconvenientes y de seguro impopularidad porque cuando la gente se dé cuenta que para éste lograr su propósito tendrá que buscar más de 2 mil millones de pesos que no saldrán de su bolsillo, sino del Estado. Y entonces ahí mismo comenzará la guerra de Troya y ya no será igual.
Por lo pronto las circunstancias han variado y no es para menos porque ahora se necesita que las dos terceras parte de la matricula congresual apruebe la reelección, ya que el PLD solo cuenta con 97 diputados y 31 senadores, esto es si fuera unificado con la fuerza de Leonel.
Además, para lograr ese objetivo el presidente tendría que buscar unos 24 legisladores de la oposición, pero con el baúl en las manos, lo que pondría mosca a sus adversarios que no se quedarán callados, sino que irán a las calles a denunciar esas violaciones.
Con lo cual se pondría en peligro el panorama político electoral de cara al 2016.
Por Francis Pérez