Muchas veces nos sorprendemos afirmando que todo obra para bien, o de que Dios está al control de todo, y que sólo él sabe por qué pasan las cosas.
Esta reflexión es por algunas situaciones de las cuales he sido testigo. En el momento no le encontraba explicación, pero luego esta vino por si sola.
Todas las situaciones giran en torno a personas conocidas, que en lo laboral han tenido que lidiar con superiores inmediatos, representantes del demonio aquí en la tierra.
Una de ellas tuvo que sufrir una especie de tiranía con una persona que nunca estaba conforme con nada. Todo lo quería perfecto, y no aceptaba el mínimo error. La chica sufría mucho, pero pudo sustituirla en el puesto luego de ella morir.
El otro caso es de dos jóvenes supervisadas por un demonio, inagotable, pero con tantos conocimientos, que una vez destituido, parecería que ese trato formaba parte de los regalos que les traería la vida: Una consiguió un mejor empleo y la otra está dando la talla con las nuevas autoridades.
Esa es la respuesta a tantos sufrimientos.
Por Epifania de la Cruz (epifaniadelacruz@ gmail.com / www.renacerparatodos.net)
*La autora es psicóloga clínica