Refrescando un poco lo tratado en la primera parte de este artículo, cuyo tema es el Síndrome de héroe, llevándolo a buen dominicano, quienes lo padecen, tienen que ser los protagonistas de la ´´película´´ a como dé lugar, no importa lo que tengan que hacer para lograrlo.
Expliqué que a diario nos encontramos con personas que, sin afirmar que lo padecen, tienen muchas características.
Además del ejemplo de la primera parte, tenemos algunos que nos afectan las emociones a un nivel desesperante:
-La persona de un nivel muy alto que convoca a una reunión con carácter de urgencia, para tratar un tema delicado; todos los convocados tienen el corazón en la mano, y luego, el héroe, hace su entrada triunfal, dos horas después, fresco como una lechuga, y encima, no da ninguna explicación.
-El técnico, que debe reparar una avería y se aprovecha porque piensa que el único que puede resolverla es él, se aparece cuando le da la gana y, aun conociendo lo grave de la situación, disfruta la desesperación del momento, ya que luego de concluir el trabajo, se hace un auto-reconocimiento, por su “acción heroica”.
En el primer caso, lo recomendable es tragarse la impotencia y en el segundo, hacer lo imposible por buscar un técnico que se respete. Empezar por no solicitar los servicios del héroe, pero, si acaso se presentara la necesidad, como sabemos que tiene una enfermedad mental, hagámosle sentir que es el protagonista, que es único, y resolvamos la situación, pero siempre que se pueda, es sano no tratar con este tipo de personas.
Por Epifania de la Cruz (epifaniadelacruz@ gmail.com / www.renacerparatodos.net)
*La autora es psicóloga clínica
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