La presión que debe estar recibiendo el Honorable Señor Presidente de la República Dominicana, licenciado Luis Rodolfo Abinader Corona, no es poca. Sólo el con la características de una persona resiliente, es decir que no solo es capaz de sobreponerse a las adversidades, sino que, va un paso más allá y utiliza esas situaciones para crecer y desarrollar al máximo su potencial y poder salir airoso en la composición del gabinete que le acompañará durante el cuatrienio 2020-2024
El Gobierno del Cambio que él encabeza recibe un país quebrado en diferentes aspectos. En lo inmediato está poniendo en marcha planes para recuperar la economía, la salud y la institucionalidad del país.
Lo concerniente a lo económico es sin lugar a dudas un gran reto que se tiene por delante donde las autoridades tendrán que emplearse a fondo para lograr el dinamismo económico necesario que permita la sana operatividad de la nación una vez desaparezcan los efectos de odioso y repudiable coronavirus.
En esa misma dirección, y con importancia capital, es dotar al país de un sistema de salud confiable y universal, que no sea excluyente en ningún sentido. Por eso observamos como certera la decisión de aumentar en 15 mil millones de pesos más el presupuesto de Salud Pública para llevarlo a 66 mil millones, y con esto, una serie de medidas complementarias, entre la que se encuentra la contratación de 1,000 médicos que estaban desempleados, para contener la expansión del COVID-19, lo que permite hacer un pronóstico de que se saldrá airoso de la dura prueba sanitaria por la que atravesamos.
Algo que paralelamente a estos dos componentes de la situación nación estará trabajando el Gobierno del Cambio, es la devolución a los dominicanos de la confianzas en la institucionalidad del Estado, algo fundamental para el sostenimiento del sistema democrático y la cual fue objeto de un relajo sistemático por parte de las pasadas autoridades gubernamentales.
A todo eso, es bueno recordarles a personajes en sectores internos y externo del hoy partido de gobierno y sus fuerzas aliadas, que la desesperación es muy mala consejera, que no tiene sentido realizar reclamos injustos, a destiempo y descabellados a un gobierno con días de haberse juramentado, que aun no conoce bien la comodidad de los asientos. Lo cruel de estos es que por lo regular los que menos hicieron por lograr los triunfos en las pasadas elecciones son los que más reclaman.
El PRM en una acción heroica y sin precedente en la historia política dominicana logró llegar al poder. Lo hizo con apenas 6 años de fundado, aproximadamente (9 de septiembre de 2014) y sus autoridades están consciente del papel que deben desempeñar para preservar ese instrumento de la democracia durante un buen tiempo en el poder para dotar a la República Dominicana de las transformaciones estructurales reclamadas y que representan una deuda social acumulada que deberá de saldar.
El compañero presidente de la República, licenciado Luis Abinader Corona se está haciendo acompañar de los hombres y mujeres confiables y afines a los propósitos del Cambio y el momento que vive la nación dominicana lo que lo que manda es aportar para que este y el PRM salgan airoso de la prueba a que lo sometió el pueblo dominicano otorgándole el privilegio de conducir los destinos nacionales.
Ahora bien, para el PRM poder entrelazar una cadena de gobiernos debe salir triunfante de esta encomienda por lo que reiteramos que los perremeistas y aliados deben defender el gobierno del Cambio porque muy a pesar del traumático periodo de 40 días para la transición y un conjunto de adversidades, estamos seguros que lograrán las tareas impuestas. Para eso los perremeistas y aliados, los que verdaderamente están comprometidos con la causa, no pueden hacerle el juego al plan macabro montado por sectores desplazados que no resisten, no entienden, no aceptan, que el pueblo le dijo no más.
Puede haber PRM en el poder hasta el 2100, por la cantera de nuevos valores que posee el partido oficialista, pero para eso debe existir compromiso, voluntad de hacerlo bien, disciplina partidaria, pero sobre todas las cosas, pensar en el pueblo primeramente, ese pueblo que lo eligió y que no le perdonaría un mal ejercicio gubernamental que desgraciadamente viabilice el retorno del clan morado o algo similar.
Por Luis Aníbal Medrano S.
*El autor es político, municipalista, periodista y locutor residente en Nueva York.