Faltando menos de dos años para la celebración de las elecciones para elegir un nuevo o quizás el mismo presidente constitucional en la República Dominicana, ya empiezan a soplar aires de promesas y encantos soñoliento de políticos persuasivos.
Recientemente estuvo visitando algunos estados de los Estados Unidos de Norteamérica, uno de esos que le gusta encantar a sus seguidores y hasta opositores políticos con su verbosidad y conocimientos, para comenzar hacer amarres y contactos futurista.
El personaje en cuestión no es más y nada menos que, «entren tó coño», el ingeniero Ramón Alburquerque, quien a juzgar por su doble moral política, vino con la soga bien preparada para comenzar amarrar los borregos políticos que necesita y que deseen entra en su corral presuntuoso.
El hecho de que los políticos dominicanos vengan a los Estados Unidos ya sea en tiempo de campaña o prematuramente, es una vieja práctica que se va disgregando poco a poco, porque ya le cogimos la seña a cada uno, porque solo vienen a prometer y a buscar, y luego ‘si te he visto no me acuerdo’ , aunque el caso de Alburquerque, aún está por verse.
Al destacado ingeniero o a quienes se les ocurrió traerlo, se les olvidó que el verdadero opositor que tiene en estos momentos el partido de gobierno y el presidente Luis Abinader, es ese invitado que durante su periplo, quiso curarse en salud, diciendo que quiere unificar para que no se vayan a otro partido; yo le diría a Ramoncito Alburquerque, “no me hagas reír que tengo los labios cuartiao”.
Solo hay que buscar videos, reporte de prensa, entrevistas, conferencias y demás, donde comparece el flamante exsenador por la provincia de Monte Plata, donde despotrica en contra del presidente de la República, como un niño resentido como cuando no le dan algo.
Sentí vergüenza ajena por lo que me contaron algunos colegas y por los videos que subieron a las redes, de la pírrica asistencia que hubo en la actividad que se celebró en la seccional del PRM en Nueva York, donde debió estar abarrotado el local con un personaje de la estatura y categoría del ingeniero Ramón (entren tó coño), Alburquerque, durante su “conferencia”, que disertó para algunos miembros de la base perremeísta y también disgustados del partido al cual él pertenece.
Si esto es el comienzo en esta urbe de uno de los que aspira a terciar en una convención para competir por una precandidatura presidencial, lo veo “feo para la foto y muy arrugado para el video”, porque puede decir después si sea Abinader, el ganador, ‘que lo venció el Estado’. A su corriente alternativa que juramentó para que trabajen por él, que miren bien en el corral que los van a meter. Lo dejo de tarea.
Por Víctor Gómez (gomper55@hotmail.com)
*El autor es periodista y locutor. Reside en Nueva York