¿Es dañina la ingesta excesiva de cereales de caja?

En un lugar bastante estratégico de mi cocina, tengo dos envases plásticos transparentes, con unas hermosas tapas verdes, en los cuales siempre mantengo una provisión de Corn Flakes.

Cada vez que tengo que ir a mi baño, debo pasar por ese lugar, y hoy me puse a analizar, que quizás producto del estrés, o de algunas situaciones personales, he desarrollado una manía de comerme uno o dos puñados del cereal, sin importar las veces que repita la acción, ni la hora.

Bien temprano en la mañana, como suelo despertar, me autoanalicé, y me puse a pensar si es sano lo que estoy haciendo. Inmediatamente me puse a investigar, encontrando muchos efectos negativos que pueden tener en los seres humanos, pero antes de entrar en esos detalles, citaré la historia preciosa del origen de estos cereales.

¨El origen de los cereales de caja es atribuido a un afortunado accidente durante la segunda mitad del siglo XIX. En 1898 los hermanos John Harvey y Will Keith Kellog, en un intento por preparar granola para los internos de un sanatorio, olvidaron trigo en el horno, con lo que se formaron láminas crujientes y sabrosas. 

Después de experimentar con otros cereales, los hermanos lograron crear las hojuelas de maíz, que también eran crujientes y combinaban muy bien con la leche. Así fue que decidieron patentar su producto y crear la empresa Battle Creek Toasted Corn Flake Company. A partir de entonces se desarrolló el competido mercado de los cereales de caja.

Fuente: https://laroussecocina.mx/blog/que-tan-sano-es-desayunar-cereales-de-caja/

Me encantó la historia, pero como continuaba mi preocupación inicial, seguí buscando y encontré que, como en lo que actualmente estoy haciendo, hay exceso y continuidad, puedo obtener los siguientes resultados:

-Picos de insulina.

-Intolerancia a la glucosa, y una mayor probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2.

Como generalmente tiendo a ser firme en las tomas de decisiones, de manera inmediata, procedí a comerme un bocadito, en señal de despedida, y el resto lo eché en una fundita y se lo regalé a alguien, que estoy segura, lo disfrutará y no va a hacer de esto un hábito. ¡Adiós, Corn Flakes!

Por Epifania de la Cruz (epifaniadelacruz@ gmail.com / www.renacerparatodos.net)

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