En las últimas décadas, el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) ha sido dirigido por figuras con larga trayectoria, como Héctor Valdez Albizu, quien ingresó a la institución en 1970 y ha ocupado altos cargos desde entonces.
Sin embargo, en un mundo globalizado y en constante evolución tecnológica y financiera, cabe preguntarse: ¿sigue siendo este el perfil idóneo para liderar la política monetaria del país?
Valdez Albizu, representa una generación de economistas formados en contextos muy distintos a los actuales. Si bien su experiencia es de valor inestimable, el ritmo de la economía moderna exige adaptabilidad, innovación y una comprensión profunda de fenómenos como la digitalización, las criptomonedas, la inteligencia artificial y los mercados globales interconectados.
El Banco Central ya no puede limitarse a las recetas tradicionales. La pandemia, la guerra comercial entre potencias y la volatilidad de los mercados han demostrado que se necesitan estrategias ágiles y visionarias. ¿Está la actual dirigencia preparada para estos desafíos?
En los últimos años, República Dominicana ha formado una generación de economistas jóvenes, muchos con maestrías y doctorados en las mejores universidades del mundo, experiencia en organismos internacionales y conocimientos en tendencias económicas del siglo XXI.
Sin embargo, estos profesionales suelen encontrarse con un techo institucional: los altos cargos siguen en manos de una élite con décadas en el poder.
La renovación no es solo una cuestión de edad, sino de perspectiva. Un Banco Central moderno requiere líderes que entiendan la economía digital, las finanzas sostenibles y las políticas inclusivas.
Globalización y exigencias del siglo XXI
La globalización y los avances tecnológicos han redefinido la economía mundial, exigiendo instituciones más dinámicas, transparentes y preparadas para enfrentar desafíos sin precedentes.
En este contexto, el Banco Central de la República Dominicana (BCRD), debe evaluar si su actual estructura de liderazgo encabezada por Héctor Valdez Albizu, con más de cinco décadas en la institución está realmente a la altura de las exigencias del siglo XXI.
La resistencia al cambio en el BCRD, podría tener costos para la economía dominicana. Mientras otros países avanzan en regulaciones innovadoras para atraer inversiones en sectores como el tecnológico o el energético, República Dominicana corre el riesgo de quedarse rezagada por una estructura de toma de decisiones anclada en el pasado.
La autonomía del Banco Central, no debe confundirse con inmovilidad. Las autoridades deben evaluar si es momento de dar paso a una nueva dirección, que combine la experiencia de los veteranos con la visión fresca de los más jóvenes.
La autonomía del Banco Central es fundamental para la estabilidad macroeconómica, pero no debe convertirse en un escudo contra la renovación. En economías avanzadas, los bancos centrales rotan sus autoridades periódicamente para incorporar nuevas visiones, por ejemplo la Reserva Federal de EE.UU. o el Banco Central Europeo.
En cambio, en República Dominicana, Valdez Albizu, lleva muchos años como gobernador y su equipo directivo también, el cual está dominado por perfiles de larga trayectoria pero poca apertura a cambios disruptivos.
Héctor Valdez Albizu ha servido al país por décadas, pero toda institución necesita renovarse para mantenerse relevante. No se trata de desmerecer su labor, sino de reconocer que el mundo ha cambiado y el Banco Central debe hacerlo también.
Las autoridades deben preguntarse: ¿Estamos preparados para los desafíos económicos del futuro con el mismo equipo de siempre? La respuesta parece clara: es hora de abrir las puertas a una nueva generación de economistas.
Por Luis Ramón López