«En el principio era la Palabra, y la Palabra era con Dios, y la Palabra era Dios» (Juan 1:1)
Nací en el ambiente de la radiodifusión. Crecí observando y admirando el ejemplo de mis padres, ambos excelentes Locutores: Nicolás Grullón Alba y Estela Ubiñas, productores, conductores -por más de 25 años- del conocido programa «Añoranzas, canciones y melodías para recordar».
También crecí admirando las voces de mis hermanos Rafael Nicolás (Rafo), Ariel, Mauricio y Nicolás Enrique, quienes desde muy jóvenes incursionaron con éxito en esta área.
Alrededor de 1985, a mis 16 años y motivada por mis padres, heredé la producción del programa de radio «Música y Juventud» que antes hacía mi hermano Ariel; y diez años después retomé el mismo proyecto, aunque en esa segunda oportunidad, fue por poco tiempo.
El 9 de marzo del año 2000 acompañé a mi hermano Ariel a un estudio, donde él iba a grabar un anuncio de las pilas Energizer, contratado por Thompson Aife MFP. El anuncio era a dos voces y, por esas causalidades de la vida, al momento de la grabación la locutora que habían contratado como voz femenina no pudo llegar, por lo que me preguntaron si yo me atrevía a ocupar su lugar.
Esa experiencia, espontánea y en apariencia casual, se convirtió en mi primer «Servicio de Locución» y en la motivación para estudiar en la Escuela Nacional de Locución Prof. Otto Rivera.
Año y medio después, me gradué del curso de Locución, el 5 de octubre del año 2001, con dos estrellitas en mi diploma y guiada por el magnífico Profesor y Veterano de la Comunicación, Juan Nova Ramírez (Q.E.P.D.), quien en varias ocasiones me dio la oportunidad de practicar el reportar noticias, vía telefónica, para una emisora de Puerto Rico.
Según el Diccionario de la Real Academia Española, la palabra Locutor o Locutora significa: 1. «el que habla», 2. «Persona que tiene por oficio hablar por radio o televisión para dar noticias, presentar programas, etc.».
Esos antecedentes y formación todavía no me parecían suficientes, pues al momento de tomar los exámenes para obtener el Carnet que me acreditaría como Locutora, sentí que aún me faltaba mucha confianza y preparación para tener como oficio el hablar a través de los medios, y todo lo que implica ese «etc.» en el significado de esa palabra.
Por eso decidí no tomar los exámenes de la Comisión en esa época y continuar estudiando, trabajando y experimentando, el tiempo que fuese necesario, antes de reconocerme capaz de asumir la gran responsabilidad que es hacer uso de este poder creador y manifestador de ideas, pensamientos, sentimientos, emociones e intenciones que es La Palabra, ante un público que merece nuestro mayor respeto y consideración; y por lo tanto, mucho cuidado con lo que estamos sembrando en su Mente y Corazón.
Han pasado 15 años desde que me gradué, y aunque ya me convencí de que, por más que estudie, solo soy y seguiré siendo una eterna aprendiz (por lo que quizás nunca me sentiré suficientemente preparada), la Energía se ha encargado de crear las circunstancias apropiadas para impulsarme a dar el siguiente paso.
He tomado los exámenes de La Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía, que tantas veces durante 15 años había postergado y -!por fin!- he obtenido, el 9 de octubre del presente año, la acreditación para ejercer como Locutora, con «la máxima valoración de parte de los miembros del Jurado»; reconocimiento que agradezco y valoro.
Reconocerme en esta calidad, de ser alguien «que habla», ha sido posible después de alcanzar la Maestría Muul Águila GTI de Tseyor, comprometiéndome a divulgar El Mensaje de las Estrellas.
Porque así está escrito… y el momento es Ahora.
Entonces, ¡Que Así Sea! ♥
Por Melba Grullón