A pesar de las dificultades por la que atraviesa la educación dominicana, debido a la presencia de la pandemia de la Covid 19, tenemos la fe y la esperanza de que saldremos airosos y la escuela recuperará su mística y su brillo.
Cuando escucho al profesor Roberto Fulcar hablar de los retos de la escuela dominicana, me detengo a observar de inmediato que estamos frente a un hombre de la patria, quien más que comprometido, está matrimoniado con la educación, el avance y el progreso de la república.
Para Fulcar, la educación es una de las columnas que sostienen el desarrollo de nuestra nación, por eso es que le tengo confianza a la labor que está desarrollado desde su ministerio.
Roberto Furcal, más que político, es un maestro que proviene de las aulas, por lo que conoce a la perfección la problemática de los centros educativos.
Soy de los que entienden que ahora es el cambio, la hora precisa y el momento perfecto para la entrega, la abnegación y el amor por la escuela. Es propicia la ocasión para que volvamos a la moral y a la cívica, para cuando nos asomemos a un salón de clase los educandos vuelvan a recibirnos de pie.
Yo soy de los que quieren de nuevo escuchar los himnos a Duarte, a Sánchez, a Mella, a la escuela y a nuestra bandera.
En muchos centros no hay altos parlantes para las autoridades de los planteles hablarle a la comunidad educativa en un momento determinado; tampoco hay cámaras de seguridad que sirvan de control ante cualquier evento que se presente y mucho menos una policía escolar eficiente, eficaz y capaz de intervenir ante cualquier problema que se presente en el centro.
A días del inicio del próximo año escolar, el Ministerio de Educación (Minerd) dio a conocer que inició un amplio proceso de evaluación y control de calidad en los centros educativos, que abarca desde la certificación de notas, la inscripción de los estudiantes y los alcances de la conectividad.
Según informó la cartera educativa, a través de una nota de prensa, la iniciativa busca que ningún estudiante se quede fuera en el próximo año escolar.
Por Nélsido Herasme