Durante toda la historia, en todas partes del mundo, se sabe desde los comienzos del desarrollo del capitalismo, que existe esa lucha inevitable entre patronos, dueños de los medios de producción y el obrero o empleado, técnico o profesional, que aporta sus fuerzas, sus manos, sus conocimientos para hacer que, esos “medios de producción” engendren riquezas.
Asimismo, está científicamente demostrado por las ciencias económicas y sociales que, esas riquezas fecundadas por esas manos, en nuestro caso, apenas reciben miseras migajas, todo lo demás es literalmente despojado, hurtado, robado.
Igual, es alto conocido como los primeros llegaron a ser dueños de todo y también porqué existen las grandes mayorías que no tienen nada.
El gobierno actual nos mantiene fresco el recuerdo, como aún hoy en día, se sigue haciendo lo mismo, por ejemplo, cuando permiten que un grupo de campesinos sean desalojados de sus territorios originarios para que una minera extranjera extraiga el oro de “todos los dominicanos.”
Con ayuda de las mismas armas que deberían defenderlos, son ofendidos con intención de aniquilarlos, a ellos e incluso a todo aquel que se identifique con ellos. Colocan la fuerza del Estado y sus instituciones en contra de la población que deberían defender, colocan el interés nacional por debajo de los intereses foráneos.
Así vimos como procuran estrangular a la clase media y pobre con la denominada “reforma fiscal”, bloqueada por las mayorías, no pudieron. No obstante, el aumento de los precios de todos los productos de la canasta básica de los pobres, que sube día por día, también del peaje provocando el aumento en los precios de los pasajes interurbano.
El colmo llega a sus límites, cuando el Estado, en lugar de ser arbitro a favor de los trabajadores, se confabula con los empresarios locales y extranjeros para eliminar la cesantía laboral, uno de los principales logros y derecho adquirido durante muchos años de lucha.
Especialmente, este gobierno ha demostrado ser miserable con los pobres y esplendido con los ricos, otro ejemplo de lo que digo es lo siguiente:
El actual presidente, en su primer periodo de gobierno, beneficio a dos o tres empresarios del transporte con los corredores de las rutas en la Churchill, Charles de Gaulle y Núñez de Cáceres y mandó a miles de choferes con sus familias al infierno de la pobreza extrema.
No sé si tiene que ver que, al Estado lo dirija un empresario y no un estadista. La realidad es que este ha sido el gobierno del desaliento para los pobres, de los desalojos, para los pobres, de los desempleados sin prestaciones, para los pobres…
El gobierno de los precios caros, de la comida cara de los pobres, de la medicina cara, el gobierno de los apagones y la factura cara, de la falta de agua, de los abusos policiales, de las promesas incumplidas, a las mayorías en las provincias, y municipios, este gobierno le ha dado la espalda a su pueblo.
Nuestro modelo democrático, altamente corrupto, impuesto por la cuna del capitalismo, basa su poder en el dinero por encima de otros valores. La falta de equidad y equilibrio favorece y, de hecho, es la madre y raíz del modelo injusto en el que vivimos.
La justicia, que es lo contrario a la violencia impuesta desde el Estado, tiene un valor superior a la ley, acatar la ley es un acto de disciplina, aunque lo cierto es que, en la barbarie en que vivimos, muchas veces, cumplir esas leyes, se convierte en algo injusto e inmoral.
“Toda violencia es un efecto de causa, sólo puede suprimirse reparando el desequilibrio que la engendra”. Ojalá alguien con poder de decisión en este gobierno comprenda a que ángel caído me refiero …
Por Ebert Gómez Guillermo