El título parecería el recuerdo de una canción hermosísima la cual era interpretada por nuestra exquisita cantante, ida a destiempo, Sonia Silvestre.
Realmente la idea es simplemente dar gracias a la vida, por todas las cosas buenas y malas que me ha tocado vivir.
En estos momentos, sería grato para mí, explicar por cuales personas, nunca jamás, haría el más mínimo esfuerzo para que formen parte de mi agenda de vida:
-Las negativas, aquellas que toda su vida es una tragedia…Me enseñan que tengo la libertad y el placer de excluirlas.
-Las hipócritas, me ayudan a confirmar el significado tan elevado que tiene la sinceridad para mí.
-Las prepotentes, ya que en muchas ocasiones he podido presenciar su derrota.
-Las ignorantes presumidas, que se creen la última Coca cola en el desierto, y nunca han leído, ni el más sencillo de los libros.
-Las tacañas, porque con ellas confirmo que el dinero no da la felicidad, pero realmente por quienes vaciaría y llenaría de una vez el contenido de una copa de vino, es para brindar una y otra vez por todas las personas que creen en el amor, sentimiento sin el cual la existencia sobre esta tierra, no tendría razón de ser, y por las personas positivas, porque de ellas aprendo que existen otros seres humanos semejantes a mí, capaces de levantarse con más fuerzas que con las que se caen.
Por Epifania de la Cruz (epifaniadelacruz@ gmail.com / www.renacerparatodos.net)
*La autora es psicóloga clínica