La situación mundial en lo económico y lo político atraviesa por momentos muy dificiles, que estan provocando un significativo crecimiento de la pobreza y la desigualdad, que está conduciendo a un gran aumento de la fortuna de los más ricos, mientras que millones de seres humanos se enfrentan al hambre, la inflación y la falta de acceso a los bienes de primera necesidad.
El FMI, ha señalado que, se «acumulan nubes de tormenta», sin mucho espacio para el optimismo dada la actual coyuntura internacional, «Lo peor está por venir y para muchas personas 2023 se sentirá como una recesión», advirtió el economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Pierre-Olivier Gourinchas. Se prevé para el 2023 un crecimiento económico mundial de 2.7%, menor que el año 2022.
La concentración de la riqueza en unos pocos, así como las políticas dirigidas a favorecer a minorías privilegiadas, que cada vez más aumentan su capital y su poder, están haciendo muchos daños a las mayorías de la población, que ven cómo se reducen sus posibilidades y oportunidades de alcanzar mejores niveles de vida, la creación de empleos decentes y disminución de la desigualdad y la pobreza.
Todo esto se refleja en la situación de América Latina que es sumamente dramática, donde millones de personas tienen serias dificultades para hacer frente al exorbitante costo de la vida, además de que la pobreza y la extrema pobreza han aumentado considerablemente, lo que ha sido una significativa regresión de la región en su lucha contra la desigualdad.
En los años que van de 2014 a 2023 la región habrá crecido menos que durante la llamada «década perdida» de los años 80, a lo que debemos agregar los problemas estructurales de la región, baja inversión y productividad, informalidad, desocupación y altos niveles de desigualdad y pobreza, agravados por la crisis del COVID 19, la guerra, las fuertes presiones inflacionarias y los altos niveles de deuda.
La región se encamina a otra década perdida, como fue la de los años 80 del siglo pasado, pero peor ya que su crecimiento económico será de solo un 1,3%, lo que aumenta el pesimismo y la incertidumbre de millones de Latinoamericanos, que aspiran a mejorar sus condiciones de vida y que cada día ven como se hacen más difíciles sus posibilidades de un futuro mejor.
El Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2022 de la CEPAL estableció que, ‘la respuesta de los Gobiernos al aumento de la inflación mundial provocó un incremento de la volatilidad financiera y creció la aversión al riesgo, por lo cual el flujo de capitales hacia las regiones emergentes y la región se redujo, por lo que resulta un reto enfrentar esta situación.
José Manuel Salazar, secretario ejecutivo de la CEPAL, ha afirmado que, ’’los cambios en la inflación regional en el segundo semestre de 2022, aunados a la desaceleración de la actividad económica que se espera se prolongue para el próximo año, plantearán varios desafíos: «Para ello son necesarias políticas públicas innovadoras en lo productivo, financiero, comercial, social y en la economía’’.
Es necesario que frente a un panorama tan desfavorable para los pueblos, que los gobiernos sean eficientes y apliquen políticas, que favorezcan a sus poblaciones, rechazando la improvisación, la falta de planificación y la demagogia, poniendo en primer plano el interés general de sus ciudadanos con el fin de enfrentar con éxito esta difícil coyuntura que se presenta.
Está claro que el año 2023 no presenta un panorama favorable para América Latina y el mismo no puede ser ignorado, las crecientes presiones sobre los precios son la amenaza más inmediata, la región que es de las más desiguales del mundo, debe hacer frente ya a las crecientes demandas sociales de una población, que necesita que se atiendan reclamos justos que son una deuda social de muchos años.
América Latina tiene un largo y arduo camino que recorrer, para tratar de salir airosa, ante acontecimientos que están provocando más precariedad para los sectores vulnerables, la región no puede seguir desviándose del camino que debe conducir a sacar a las personas de la pobreza, este es un desafío que se debe enfrentar con la integración y la solidaridad de todos los Latinoamericanos.
Es hora ya de detener al pequeño pero poderoso grupo de capitalistas que acaparan millones de dólares sin el más mínimo interés de abordar esta crisis que padece la región y a los malos gobiernos que solo gobiernan a favor de minorías privilegiadas, propiciando una verdadera transformación que conduzca a la reducción de la pobreza y la desigualdad.
Por Luis Fernández
*El autor es político y comunicador