La preocupación por la problemática ambiental global, y sus consecuencias como el calentamiento global, el aumento del nivel del mar, la disminución de la extensión de nieves y hielos, la destrucción de la capa de ozono y el aumento de los eventos extremos.
Han venido adquiriendo una preponderancia creciente en el debate público de los líderes de diferentes naciones, que han colocado el cambio climático que no estaba a la orden del día en épocas recientes, como un tema central de los eventos internacionales.
Estas preocupaciones llevaron a la organización de las Naciones Unidas ONU a la convocatoria de La Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano (CNUMAH) también conocida como Conferencia de Estocolmo (Suecia) en el año de 1972, la que fue la primera gran conferencia que se organizó sobre cuestiones medioambientales, y que marcó un punto de inflexión en el desarrollo de la política internacional en dicha materia.
La conferencia fué abierta y dirigida por el Primer Ministro Sueco, Olof Palme y él Secretario General de la ONU Kurt Waldheim, para discutir el estado del medio ambiente mundial, con la asistencia de más de 1,200 delegados de 110 países,19 organismos internacionales y más de 400 organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales, ésta conferencia es ampliamente reconocida como él comienzo de la conciencia moderna política y pública de los problemas ambientales globales.
A partir de esta conferencia se consideró́ el cambio climático como una amenaza real para el planeta y que constituía un problema global de carácter singular que requería una respuesta global, en este evento se presentó el informe del Club de Roma «Los límites del crecimiento», de donde surgió la Declaración de Estocolmo. que exhortaba a los gobiernos a prever y evitar los posibles cambios en el clima provocados por el hombre.
Veinte años después se realizó la segunda Cumbre de la Tierra, en Río de Janeiro (Brasil), del 2 al 13 de junio de 1992, a esta cumbre asistieron, 172 gobiernos, incluidos 108 Jefes de Estado y de Gobierno, en esta cumbre se aprobaron tres grandes acuerdos que habrían de regir la labor futura: el Programa 21, que es un plan de acción mundial para promover el desarrollo sostenible, la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo y una Declaración de principios relativos a los bosques.
La Tercera Cumbre de la Tierra se realizó en Johannesburgo (Sudáfrica), del 23 de agosto al 5 de septiembre del 2002, asistieron más de 21 000 participantes de más de 190 países, entre ellos Jefes de Estado y de Gobierno, delegados nacionales y dirigentes de Organizaciones no Gubernamentales (ONG), el sector privado y otros grupos importantes.
Las decisiones de esta Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible establecen que cada país tiene que asumir la responsabilidad principal de su propio desarrollo e impulsar estrategias basadas en los principios de Río, la aplicación de la Agenda 21, la Declaración del Milenio y el Plan de Aplicación de Johannesburgo.
Un asunto de suma importancia es el punto 13 de la declaración de Johannesburgo sobre él Desarrollo Sostenible, que plantea lo siguiente”, el medio ambiente mundial sigue deteriorándose.
Continua la pérdida de biodiversidad; siguen agotándose las poblaciones de peces; la desertificación avanza cobrándose cada vez más tierras fértiles; ya se hacen evidentes los efectos adversos del cambio del clima; los desastres naturales son más frecuentes y más devastadores, y los países en desarrollo se han vuelto más vulnerables, en tanto que la contaminación del aire, el agua y los mares sigue privando a millones de seres humanos de una vida digna”.
La cuarta cumbre se reunió en junio de 2012 en Río de Janeiro, bajo la denominación de Conferencia de Desarrollo Sostenible Río+20, ésta fue él fruto de la resolución 64/236 de la Asamblea general de la ONU del año 2009, en virtud de la cual se decidió organizar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible.
Esta Conferencia se realizaria 20 años después de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, conocida como Cumbre de la Tierra, celebrada en 1992.
La cumbre, la mayor en la historia de la ONU, reunió durante 10 días a líderes y representantes de 191 países 20 años después de la histórica Cumbre de la Tierra de 1992 en Río de Janeiro, que tomó decisiones para combatir el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la desertificación, él evento fué una oportunidad histórica para hacer un balance de lo sucedido en estas dos décadas, evaluar los avances logrados y las dificultades encontradas y explorar nuevas formas de cooperación que permitan acelerar la transición hacia un desarrollo sostenible.
Los Estados Miembros han acordado analizar dos temas principales para la Conferencia: a) una economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza y b) el marco institucional para el desarrollo sostenible, la 4ta. cumbre Rio+20 culminó con la aprobación de un modesto plan para avanzar hacia una «economía verde» ,que frene la degradación del medio ambiente y combata la pobreza, un acuerdo fuertemente criticado por falta de metas vinculantes y financiamiento.
Cumbre de la Tierra es la expresión que se utiliza para denominar las Conferencias de Naciones Unidas sobre el Medio ambiente y su Desarrollo, un tipo excepcional de encuentro internacional entre jefes de estado de todos los países del mundo, con el fin de alcanzar acuerdos sobre el medio ambiente, desarrollo, cambio climático, biodiversidad y otros temas relacionados.
Hace 49 años desde la 1ra. Cumbre de la tierra de 1972, en ese intervalo de tiempo, las naciones del mundo se han reunido en varias grandes conferencias bajo los auspicios de las Naciones Unidas, entre ellas 4 cumbres de la tierra, la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo y la Conferencia Ministerial efectuada en la ciudad de Doha Capital de Catar, estas conferencias definieron para el mundo una amplia visión del futuro de la humanidad , que han permitido lograr algunos avances en el abordaje del problema del deterioro ambiental.
En todos estos eventos internacionales se ha convenido en que la protección del medio ambiente, el desarrollo social y el desarrollo económico eran fundamentales para lograr el desarrollo sostenible basado en los principios de Río.
Para alcanzar este objetivo, se aprobó un programa de alcance mundial titulado “Programa 21” y la Declaración de Rio sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, la Conferencia de Río constituyó un hito importante que permitió́ establecer un nuevo plan de acción para el desarrollo sostenible.
El medio ambiente mundial sigue siendo demasiado frágil y las medidas existentes para su conservación están lejos de ser suficientes, ha habido un progreso muy limitado en la reducción de la pobreza en los países en desarrollo, y la globalización, por sí misma, no ha beneficiado a la mayoría de la población mundial.
A pesar de varias décadas de resultados pocos satisfactorios, el Programa 21 acuerdo adoptado unánimamente en la Cumbre para la Tierra de 1992, en Rio de Janeiro hace Hoy 29 años, sigue ofreciendo una poderosa visión de largo alcance que, hoy en día continúa siendo válida.
En principio el Programa 21 contempla tres aspectos: la sostenibilidad medioambiental, la justicia social y el equilibrio económico. Todas ellas dependen de la participación ciudadana. No es posible el programa 21 sin la participación de la ciudadanía.
Los temas medioambientales y objetivos del programa 21 de la ONU son, entre otros: La protección de la atmósfera, la planificación y la ordenación de los recursos de tierras, la lucha contra la deforestación, la lucha contra la desertificación y la sequía, el desarrollo sostenible de las zonas de montaña, el fomento de la agricultura y del desarrollo sostenible rural.
También, la conservación de la diversidad biológica, la protección de los océanos y de los mares, así como de las zonas costeras, la calidad y el suministro de los recursos de agua dulce, la gestión racional de los productos químicos tóxicos, gestión de los desechos peligrosos, sean o no radioactivos y la gestión de los residuos sólidos.
Esperamos que en este año 2021 declarado por las Naciones Unidas como, «el año para reconciliar a la humanidad con la naturaleza». los próximos eventos que celebren los líderes mundiales, puedan lograrse mejores resultados y un mayor compromiso en la dirección de tomar las medidas urgentes que demanda el cambio climático en el planeta, además una firme voluntad política y una disposición a aportar recursos, todo esto en la línea de reducir las emisiones de gas invernadero, de parte de los grandes emisores del mundo.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterrez ha sido bien claro en la conferencia sobre el clima convocada por el presidente Biden en Washington el pasado mes de abril y en la cual participaron más de 40 países, “necesitamos un planeta verde, pero el mundo está en alerta roja. Estamos al borde del abismo”, agregando que, para luchar contra esta problemática será necesario tomar “medidas audaces” y concretar “cambios radicales”. Además, señaló que los países deberán “hacer más [cambios] y más rápido”, pues de lo contrario no se lograrán los objetivos.
Por Luis Fernández
* El autor es político y comunicador