El 8 de marzo, en el que se conmemora el Día Internacional de la Mujer, encuentra a las mujeres de la República Dominicana y del mundo luchando por justicia retributiva en relación al derecho al trabajo y el ejercicio pleno de todas las garantías ganadas con compromiso y entrega en el aparato productivo de sus respectivos países.
Es importante indicar, que esta fecha tiene una historia de lucha, por los acontecimientos que desencadenaron que organizaciones de mujeres, sectores sociales y sindicales salieran a las calles a demandar pago justo, trato humano en los espacios de trabajo, entre otras reivindicaciones.
A propósito de esta evocación, llamamos la atención de las autoridades estatales y empresariales del país y el mundo a medir los avances y reflexionar en los desafíos que hay que afrontar para reducir la brecha de género, y avanzar hacia un mayor empoderamiento de las mujeres, que les permitan tener una mejor calidad de vida y oportunidades en las sociedades y, dejar de lado los actos alusivos a la fecha cargados de palabras altisonantes y promesas vacías, que en nada contribuyen a la lucha. Hechos no palabras.
En cuanto a la fecha, nos permitimos mencionar datos que reflejan la situación actual de las mujeres en el mundo. En un informe del Banco Mundial titulado “La Mujer, la Empresa y el Derecho 2022” se evalúan entre otras cosas, las leyes y regulaciones en 190 economías, en áreas que afectan la participación económica de las mujeres, tales como: Movilidad, trabajo, remuneración, matrimonio, parentalidad, entre otras.
El mencionado informe refiere, que a nivel mundial las mujeres todavía acceden a solo 3/4 de los derechos reconocidos a los hombres. De igual manera que 2, 400 millones de mujeres en el mundo, en edad de trabajar aún no tienen igualdad de oportunidades económicas, persisten las brechas en áreas como la remuneración y parentalidad. Además, indica que las mujeres obtienen menos ingresos que los hombres por el mismo trabajo y están más expuestas a mayores riesgos de sufrir violencia en sus hogares.
Consideramos que, las mujeres han avanzado, aunque no en proporción a sus capacidades y aportes a los sectores productivos de sus respectivos países, pese a eso, continúan capacitándose y educándose, para insertarse en el mercado laboral.
En el caso dominicano, para el período 2020-2021 la matriculación de dos universidades de prestigio y larga trayectoria, como son: La Universidad Autónoma de Santo Domingo, (UASD) y la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) se inscribieron para cursar distintas carreras 111,819 mujeres, en la primera y en la segunda el 59% del estudiantado son mujeres.
Bajo estas premisas, es necesario feminizar también la economía. Las mujeres se han ganado con trabajo y entrega el reconocimiento de esa participación. Saludable es para las economías del mundo derribar las barreras que les impiden a las mujeres alcanzar una mayor visibilidad social para desempeñar puestos de calidad y remunerados. El desafío está planteado. Es de justicia que en condiciones de igualdad las mujeres ejerzan sus liderazgos y desarrollen sus capacidades en favor de sociedades más inclusivas y participativas.
Concluyo con una frase del poeta William Ross Wallace “La mano que mece la cuna es la que gobierna al mundo”.
Por María Estela de León
*La autora es abogada, periodista y representante del Centro de Mujeres de las Américas RD.