Aunque uno quisiera abstraerse de lo que está sucediendo en el Partido Revolucionario Dominicano y dejarle que sean los perredeístas que analicen lo que les está pasando, cuesta mucho mantenerse indiferente, máxime cuando se ve que cada día las cosas van in crecendo como si se estuviese asistiendo al desarrollo del guión de una serie de televisión.
Y es que, quiérase o no, el PRD es un partido, el más viejo de la República Dominicana de los que mantienen vigencia en la actualidad, que nació marcado, y esa condición primigenia, como si estuviera escrita en su código genético político, ha determinado históricamente su comportamiento de manera que hoy por hoy se visualiza su extinción en un futuro previsible e irremediable.
Porque al Partido Revolucionario Dominicano le sucede lo que al escorpión de la fábula de Esopo.
Cuenta la fábula que un escorpión le pide a una rana que le ayude a cruzar el río. La rana teme que el escorpión la pique, pero éste le promete no hacerle daño ya que de hacerlo, morirían los dos. La rana entonces accede y deja al escorpión que suba a su espalda, pero cuando están a mitad del trayecto éste la pica. Cuando ambos se están hundiendo, la rana pregunta incrédula, cómo ha podido hacer algo así, dado que ahora ambos morirán. El escorpión se disculpa y le responde que no ha tenido elección, ya que era su naturaleza hacerlo.
No me interesa definir quién es, a mi entender, el sapo y quién el escorpión en la reinante situación perredeísta. Lo que quiero rescatar de la fábula es el hecho de que, al fin y al cabo, en un proceso en que es evidente el deseo, o la determinación si se quiere, de ambas facciones en el PRD de no cargar con el estigma de divisor, ha de terminar sobreponiéndose la letalidad de la naturaleza que trajo al ser creado en 1939.
El PRD tiene 74 años de fundado y desde su condición nonata se desataron las luchas internas allá en Cuba, el 21 de enero de 1939. Más tarde, ya aquí en el país, para 1962 del PRD se forman dos partidos: el Partido Revolucionario Dominicano Auténtico (PRDA), liderado por Nicolás Silfa, y el Partido Popular Demócrata Cristiano (PPDC) por Ramón A. Castillo.
En octubre de 1962, en la primera convención perredeísta, Juan Bosch tuvo que enfrentar las disidencias de Buenaventura Sánchez y la de Ángel Miolán.
Ese es el PRD desde su nacimiento. El eterno conflicto del PRD es harto conocido por la historia contemporánea.
Sólo vamos a mencionar la división en los inicios de los años ´70 en dos bandos: los boschistas (leales a Bosch) y los peñagomistas (defensores de José Francisco Peña Gómez) hasta que Bosch sale del PRD y funda el partido de la Liberación Dominicana en 1973.
Peña Gómez se quedó con los símbolos del PRD.
Quizás en las actuales coyunturas perredeístas ambos bandos buscan quedarse con la simbología sabiendo lo que esto significa en lo inmediato en términos electorales o porque ninguno de los dirigentes de ambas facciones tienen el background de Juan Bosch para formar un partido que con las mínimas posibilidades de llegar al Poder.
También se recuerda las profundas contradicciones internas entre los grupos de Guzmán, Jorge Blanco y Jacobo Majluta, en medio de las cuales se produjo la muerte trágica del presidente Guzmán, conflictos éstos que llegaron al extremo de que en 1982 Peña Gómez tuvo que autoproclamarse candidato a Síndico por la ciudad Capital.
Para el período 1986 y 1990 tanto Peña Gómez como Majluta optaron por crear fuerzas políticas distintas a las perredeístas apareciendo el llamado “Bloque Institucional” de Peña Gómez, y el Majluta se pertrechó en La Estructura.
Todos recordamos el episodio conocido como “El Concordazo” en el que se dio el enfrentamiento a tiros entre majlutistas y peñagomistas. Para Peña Gómez asumió el control oficial del PRD y Majluta quedó en posesión del Partido Revolucionario Independiente (PRI).
En 2004 el partido blanco vivió su más reciente e importante división que concluyó con la destitución y expulsión del presidente de la organización, Hatuey De Camps, junto a Rafael Flores Estrella, Felipa Gómez, Henry Mejía y Príamo Medina.
De Camps fundó el Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD).
Se podría argumentar que el PRD ha sobrevivido a sus eternos conflictos y divisiones porque nació con ellos y ha aprendido a sortearlos, pero el balance no es de los más favorables. De sus 74 años de existencia, sólo ha sido gobierno 12 años y siete meses.
El único que pudo salir del PRD y formar otro partido con éxitos electorales ha sido Juan Bosch. El PLD sólo tiene 40 años de fundado y de esos tiene 16 que ha sido gobierno contando el período 2012-2016.
El designio perredeísta es el eterno conflicto y cuando las fuerzas desbordan la capacidad de cohabitación viene la irremediable división porque esa es su naturaleza y el PRD, dadas las condiciones sociales y políticas de los actuales momentos no sobrevivirá a una nueva división.
Es fácil percibir que en los actuales momentos tanto Hipólito Mejía como Miguel Vargas no quieren se les señalen como los nuevos divisores del perredeísmo dominicano, pero de lo que hay dudas es que la naturaleza de las cosas y de los individuos no se cambia.
Por Ramón López Ynoa