La manipulación mediática a través de fakes news, post verdad o mentira emotiva, han producido una distorsión de la realidad política, social y económica en América Latina y en todo el mundo, que se asemeja al argumento de la saga “Matrix”, como paradigma de nueva normalidad.
La trama de ese filme representa un mundo digital en el que la humanidad queda atrapada dentro de una realidad simulada llamada Matrix que las maquinas inteligentes han creado para distraer a los humanos mientras usan sus cuerpos como fuente de energía.
Parecería como si el ciudadano estuviese conectado a un conducto que le succiona toda capacidad de pensar racionalmente, al suministrarle informaciones falsas o fantasiosas, por lo que la mayoría desconoce lo que sucede hoy, por ejemplo, en Gaza, destruido por bombardeos y ofensivas terrestres del ejército de Israel, que han causado más de 43 mil muertos.
Esa masacre ha sido la respuesta al atentado terrorista perpetrado por un comado del grupo Hamas en territorio israelí causando la muerte a más de mil 500 personas y el secuestro de 250 civiles, un crimen atroz que sin embargo no se compara con la acción de extermino contra el pueblo gazatí.
La guerra entre Rusia y Ucrania ha quedado atrapada dentro de esa realidad virtual alimentada por desinformación, manipulación o mentira mediática que presenta una reedición del pasaje bíblico de David versus Goliat, sin que se diga que la industria armamentista ha escogido ese teatro bélico para imponer reposición y modernización de inventarios.
En América Latina, el Matrix acentúa la percepción de que los problemas de pobreza, marginalidad y exclusión que padecen pueblos de la región se resuelve con gobiernos de ultraderecha o de mano dura, como los que rigen a Argentina y El Salvador, que proveen estabilidad macroeconómica y seguridad ciudadana.
Se dice que Milei logró reducir la inflación a un 4,6%, que impuso la estabilidad cambiaria (12%) y su mayor conquista fue haber hecho “el ajuste más grande de la historia de Argentina”, aunque las maquinas desinformativas no dicen que la pobreza aumentó a un 52%, que el empleo se derrumbó, lo mismo que el salario en los sectores público (20%), informal (23%) y privado (4%).
Desde Colombia, Venezuela, Chile, Bolivia y México nos inundan con fake news o post verdad, pero también nos venden como normal que para garantizar seguridad ciudadana se requiere construir cárceles que como las de El Salvador, que alberguen más de 50 mil esqueletos humanos y que la población renuncie a sus derechos inalienables. Matrix es realidad.
Por Orión Mejía