Asumir el compromiso de implementar políticas dirigidas al bienestar y felicidad de los niños, niñas y adolescentes en la República Dominicana es algo que adquiere ribete de extrema importancia cuando la sociedad dominicana ha visto transcurrir dos décadas perdidas en cuanto a la falta de fomento de valores, transculturización nociva, permisibilidad y sustentación de uso y abuso en sustancias prohibidas, así como otras prácticas incorrectas de parte de gobernantes que entendieron que era una forma de mantener dominados esos segmentos de la población.
Esas políticas públicas tienen como componentes toda una gama de ejes fundamentales que involucran a casi la totalidad de los ministerios y direcciones que conforman el gabinete presidencial quienes deberán aunar esfuerzos para que los planes anunciados por la nueva presidenta ejecutiva del Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (CONANI), licenciada Paula Disla Acosta, se materialicen para enrumbarnos por un nuevo sendero y forjar mejores ciudadanos.
Alienta escuchar palabras prometedoras de la licenciada Paula Disla, en su discurso pronunciado al asumir el cargo en el que proclamó las pretensiones de seguir construyendo un futuro feliz hoy, de prevención, protección y garantía de derechos para los niños, niñas y adolescentes de nuestro país. La misma emoción produce lo relativo a la erradicación del matrimonio infantil y las uniones tempranas porque es urgente reducir a la mínima expresión los números que reflejan las estadísticas nacionales.
Entendemos completamente lo que señalan los estudios relativos cuando concluyen que: “Existe un vínculo entre la pobreza y el embarazo adolescente, con repercusiones específicas en áreas tales como logros educativos, formación e inserción laboral, salud sexual y reproductiva, embarazos subsiguientes, expectativas y planes de vida, conformación de la unidad familiar y estabilidad de las uniones, y responsabilidad de la pareja o padre biológico del primer hijo/a”, pero entendemos que todo eso puede transformarse cuando los gobiernos toman en serio esas debilidades y las erradican.
Conocemos de la permanente preocupación de la hoy presidenta ejecutiva del Conani sobre la prevención y erradicación del abuso sexual infantil en República Dominicana, ella sabe el desafío que eso representa para proteger a la niñez contra la violencia, el abuso y la explotación, donde es necesario reducir sustancialmente la disciplina violenta en los hogares, los delitos sexuales y la explotación sexual en su diferentes modalidades.
Es gratificante saber que desde el Conani se contribuirá a que se logre un año escolar con protección y respeto a la integridad de cada niño y niña en República Dominicana. Eso sirve de aliento a muchos padres preocupados, y en esa línea, el gobierno dominicano encabezado por el presidente Luis Abinader Corona, el ministro de Educación, doctor Roberto Fulcar, y otros organismo públicos y privados, están dando muestras claras de que esa preocupación de la presidenta ejecutiva del Conani es aceptable y que por lo tanto debe garantizarse esos anhelos.
En ese mismo tenor, se pretende el desarrollo de un plan de prevención y atención ante el COVID 19 por su impacto en la niñez dominicana, eso habla muy bien y se observa que existe voluntad de hacer las cosas por el librito, como Dios manda y la población demanda, por lo que se puede establecer que sin temor a equivoco, en Conani habrá a partir de ahora una gestión sustentada en la experiencia que ha obtenido la licenciada Paula Disla a lo largo de más de 35 años de trabajo por la niñez y la adolescencia. Sabemos que ella actuará acorde al Gobierno del cambio que está comprometido a dar cumplimiento con una agenda pendiente con la niñez y la adolescencia dominicana.
“Con la niñez debemos pagar la costosa deuda que generó la falta de inversión y la desatención de los programas básicos; y con la adolescencia una alta cuota por no haberle el Estado proveído de programas preventivos”, así señala los lineamientos programáticos del Gobierno del Cambio.
Roguemos entonces a Dios Todopoderoso para que conceda la fuerza necesaria para que la niñez y la adolescencia en nuestro país disfruten de los logros por venir del CONANI y así esas partes de la composición social dominicana sean revalorizadas.
Por Luis Aníbal Medrano S.
*El autor es político, municipalista, periodista y locutor residente en Nueva York.