Qué delicioso me resulta oír a Amstrong cantando “What a Wonderful World”…
La música tiene un poder transportador, mágico, y hasta peligroso en algunas ocasiones.
Puede alegrar o deprimir según sea la melodía, o hacernos sentir rey o reina, príncipe o princesa, o quizás porquería. Una canción puede llevar a la depresión…
A veces oímos una interpretación y no nos dice nada, otras no entendemos ni siquiera el idioma en que está cantada y nos transportamos hacia las nubes.
¿Pueden creer que una canción pueda inducir al suicidio? Lean:
«Gloomy Sunday» (del húngaro «Szomorú, una canción escrita por un pianista y compositor autodidacta húngaro, RezsőSeress, en 1933).
De acuerdo con la leyenda urbana, esta canción inspiró cientos de suicidios.
Cuando se lanzó en EE.UU, se la conoció como «La canción húngara del suicidio». No hay ningún dato que avale la citada leyenda ni referencia alguna en prensa o cualquier otra publicación de la época.
A veces se cita el hecho de que el propio autor se suicidó tirándose por una ventana de un edificio de Budapest en 1968, como aval de la leyenda urbana que rodea a la canción, pero este dato no aporta demasiada verosimilitud ya que, si bien es cierto que el autor se suicidó, lo hizo 35 años después de componer Gloomy Sunday.”( Fuente Taringa.net)
La curiosidad me llevó a buscar dicha canción en YouTube, pero tan pronto empecé a oírla me la encontré tan tétrica, que decidí desistir de manera inmediata; la persona que sienta curiosidad, puede buscarla, pero le recomiendo abstenerse si su ánimo está en el suelo. Está comprobado científicamente el poder que tiene la música en el estado de ánimo de los seres humanos.
Por Epifania de la Cruz (epifaniadelacruz@ gmail.com / www.renacerparatodos.net)
*La autora es psicóloga clínica