Decir que la crisis interna por la cual atraviesa el partido del “jacho prendío”, que liderara el extinto José Francisco Peña Gómez, obedece a los designios del ex presidente de la República, el doctor Leonel Fernández y el Partido de la Liberación Dominicana, nos deja varias lecturas que, a nuestro entender, no tienen sustentación.
A juzgar por los juicios emitidos por los entendidos en las lides políticas, en el Partido Revolucionario Dominicano no hay dirigentes capaces de encauzar esa organización política por mejores derroteros que el de la división y la rebatiña interna.
Escuché con atención los criterios emitidos por un periodista de larga data, y su entrevistado, destacado intelectual y escritor dominicano, respecto del origen de la división perredeista, en uno de esos programas de TV, destinados a ofrecer a los televidentes un resumen de los acontecimientos de la semana.
Que me perdonen estos especialistas que pretenden hacernos creer que el germen divisionista que persigue al perredeismo, tiene su origen fuera del partido, pero no me pareció real la actuación; no me parecieron sus conceptos hijos de un análisis objetivo sobre las razones que mantienen en crisis al partido blanco.
Atendiendo a las tesis planteadas por estos analistas, especialistas en ciencias sociales y políticas (que no son más que acérrimos antileonelistas), debemos entender entonces, que los dirigentes del PRD son unos imbéciles, incapaces de dirimir sus diferencias a lo interno de la organización.
En su afán por culpar a Fernández, presentan a los perredeistas como bandos de sumisos que responden los unos, al ex presidente Hipólito Mejía, otros al presidente del PRD, Miguel Vargas Maldonado y, los menos, a Luis Abinader, Emmanuel Esquea, Milagros Ortiz Bosch o Guido Gómez Mazara, por mencionar algunos de sus más connotados dirigentes, de donde se desprende, entonces, que éstos responden a las directrices que les dicta el ex mandatario y presidente del partido de gobierno.
Habría que analizar si las anteriores crisis por las que ha atravesado el PRD, han tenido como protagonista al ex mandatario, juicio que se desmorona con solo echar un vistazo a la historia de ese partido y anotar que nació dividido desde su fundación en el exilio, el 21 de enero de 1939, cuando se produjo el desacuerdo entre el profesor Juan Bosch y Juan Isidro Jiménez, conocida como la pelea de los Juanes, en 1944.
Soy de opinión, que en ese partido hay hombres y mujeres de incuestionable valor. El PRD cuenta con jóvenes valiosos que merecen una mejor actuación de su dirigencia que posibilite el relevo generacional que lo guie a puerto seguro, para bien de la democracia.
Para muestra, Guido Gómez Mazara, a quien no tengo el honor de conocer personalmente, es buen ejemplo. Guido ha hecho las propuestas más sensatas para tratar de salvar la difícil situación que abate al partido del buey que más jala.
A pesar de que otros dentro de la organización, apuestan a que el PRD siga pariendo partidos, como ocurrió en el pasado con el nacimiento del PRI; BIS; PRSC, entre otros.
Por Daniel Rodríguez González