El pasado 16 de agosto el presidente Luis Abinader y el Partido Revolucionario Moderno (PRM) cumplieron dos años en el gobierno de la República Dominicana y en todo ese tiempo el pueblo dominicano solo ha sufrido el descalabro social y económico a que han sido sometido los sectores más necesitados de la población, desprotegidos cada vez más por un gobierno que solo sirve a los intereses de los ricos y poderosos.
En estos dos años el pueblo dominicano ha vivido las incertidumbres y los miedos, la apatía, la ansiedad colectiva, la violencia, los atracos y la falta de voluntad para solucionar los problemas más preocupantes de una población, deseosa de que se enfrenten los retos y desafíos que se presentan en la sociedad de hoy con determinación y responsabilidad.
Las dificultades del gobierno para hacer una buena gestión van en aumento y cada vez tiene menos tiempo, para lograr lo que hasta ahora le ha sido imposible, vivimos una crisis mundial y nacional que está obligando a miles de personas a salir de sus países, en busca de mejores condiciones de vida, escapar de la violencia, la inseguridad y la falta de oportunidades.
Los movimientos migratorios en el mundo van en aumento y nuestro país no es una excepción, somos un país de origen, tránsito, destino y retorno de migrantes, con una fuerte migración haitiana, lo que hace que siempre debemos estar pendientes de nuestras políticas migratorias de modo que las mismas sean coherentes bien planificadas y mejor gestionadas.
En estos dos años la aplicación de políticas migratorias, debió estar dirigida a consolidar los logros obtenidos por el país en materia migratoria, dando continuidad a esos avances de manera consensuada y participativa, fortaleciendo las capacidades nacionales, propiciando reformas puntuales con la participación de las autoridades e instituciones involucradas con el tema.
Pero esto no se hizo y en estos dos años la política migratoria se ha abandonado, empezando por el dialogo nacional, del cual su mesa de política exterior y migración ha sido un total fracaso, por la incapacidad del gobierno de presentar por lo menos un documento base para la discusión con sus propuestas, de modo que fueran debatidas y consensuadas por todos los participantes.
En estos dos años a pesar de que existen proyectos elaborados, tampoco fue posible, que se aprobara la ley Orgánica del Ministerio de Interior y Policía, la actualización de la ley de visados, la actualización de la ley 1683 de naturalización que ya tiene 74 años, y que necesita fortalecer los requisitos para obtener la nacionalidad dominicana, a pesar de la mayoría congresional que tiene el PRM en ambas cámaras.
En cuanto al Consejo Nacional de Migración organismo asesor del Estado en materia Migratoria, a pesar de que tiene un reglamento de funcionamiento, aprobado desde la pasada gestión, no ha dejado su práctica de reunirse para cuestiones coyunturales y no de manera periódica para revisar la política migratoria nacional y orientar al estado y sus instituciones sobre la aplicación de esta.
Las encuestas nacionales de inmigrantes, orientadas a recopilar datos sobre los inmigrantes, que se contemplan realizar cada cinco años y que en la gestión pasada se realizaron la primera en el 2012 y la segunda en el 2017, la próxima debe ser en el 2022 y esperamos su realización, por lo importante que es el seguimiento de estas, para la aplicación de una correcta política migratoria.
El Plan de Regularización de Extranjeros y ley 169-14, tampoco han tenido un correcto seguimiento y lo que se avanzó con ambos, ha sufrido un franco retroceso, provocando que hoy en dia miles de inmigrantes que se acogieron al plan, estén en las calles con documentos vencidos, porque no han sido renovados por las autoridades, lo que los expone a que se vulneren sus derechos.
El presidente Luis Abinader anuncio el envio al congreso nacional de la ley de trata y tráfico de personas, ojalá la misma tenga el consenso de los legisladores y la misma sirva para fortalecer los esfuerzos que se han realizado anteriormente, como los planes nacionales de acción contra la trata de personas y tráfico ilícito de migrantes 2009-2014 y 2017-2020 para prevenir, combatir y asistir a las personas afectadas por estos delitos.
En el 2016, el Gobierno dominicano acordó incluir a los trabajadores extranjeros en el sistema de seguridad social. Como consecuencia de esto, la Tesorería de la Seguridad Social (TSS) adecuó su sistema a fines de que los empleadores puedan inscribir a sus trabajadores extranjeros en la seguridad social con los documentos emitidos por la Dirección General de Migración, el Plan Nacional de Regularización o los visados del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Esta importante medida que era reclamada por numerosas Ongs y organismos internacionales, habrá que ver si se le ha dado seguimiento y si se han seguido inscribiendo en la seguridad social los beneficiarios del PNRE aun con sus documentos vencidos, la seguridad social es un derecho fundamental, consagrado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que contribuye con la protección e inclusión de los migrantes.
La buena gestión migratoria es fundamental en medio de una crisis como la que viven los dominicanos y el mundo, ya que, como país de origen, tránsito, destino y retorno de migrantes, no debiera descuidar su índice de gobernanza migratoria, adoptando políticas que fortalezcan esta importante herramienta de análisis de las estructuras de la gobernanza de la migración.
En los asuntos migratorios el gobierno en estos dos años presenta innumerables debilidades y deficiencias, el tema migratorio es bien complicado y se hace necesario una participación más activa del gobierno en cuestiones que son fundamentales, como la frontera, los mercados binacionales, las relaciones con Haití y en el uso de métodos seguros y modernos que permitan el control de la migración irregular.
En políticas migratorias como en otras áreas el gobierno ha fallado y no ha logrado avances significativos que fortalezcan la gobernabilidad democrática y el Estado de derecho, su descuido en materia migratoria demuestra cuanta razon ha tenido el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), al señalar que en estos 2 años hay poco que celebrar y sí mucho que lamentar.
Por Luis Fernández
*El autor es político y comunicador