Los tiempos cambian, y los seres humanos también. O lo hacen o se estancan.
En ocasiones, me sorprendo afirmando que cualquier tiempo pasado fue mejor. Pienso esto, sobre todo cuando veo el comportamiento de algunos jóvenes, y la falta de respeto que muestran hacia los mayores.
Esto tiende a traer a mi mente, aunque se vea como un retroceso, los pescozones que nos daban nuestros viejos. Equivocados o no, contribuyeron a formar una generación cuyo propósito principal era el respeto.
Era muy hermoso referirnos a los mayores, utilizando siempre la palabra «usted»; ahora en cambio, cualquier carajito saluda diciendo: «Qué e’ lo qué».
Quizás por mi forma de ser, esto lo vivo a diario y de manera personal, no me molesta, pero sí me preocupa que a veces, veo enfrentamientos tan irrespetuosos entre padres e hijos, que realmente, me aterro.
No voy a negar que me encanta el presente, pero en ocasiones me aterra el futuro.
Por Epifania de la Cruz (epifaniadelacruz@ gmail.com / www.renacerparatodos.net)
*La autora es psicóloga clínica