En el mes de diciembre de este año 2023 el pueblo chileno ha rechazado por segunda vez con un 55% de votos en contra, la propuesta de nueva constitución elaborada por el Consejo Constitucional, de mayoría conservadora, anteriormente en septiembre del 2022, los chilenos también habían rechazado abrumadoramente con el 61.92% de los votos en contra, el texto de la Convención Constitucional, con tendencias de izquierda.
Se trataba del segundo intento del país sudamericano para elaborar una Carta magna, diferente a la constitución de 1980 que nació, bajo la dictadura de Augusto Pinochet, pero que ha sido reformada 70 veces desde el 2005, lo que implica que sigue vigente esta carta magna con sus múltiples reformas aplicadas a partir de la transición democrática, iniciada con el plebiscito de 1988 y las elecciones de 1989.
Al hablar sobre los resultados del plebiscito el presidente de chile Gabriel Boric declaro,», estimados y estimadas, quienes fueron derrotados son los que no estaban por los acuerdos. Por lo tanto, ese es un aprendizaje que todos, en particular quienes estamos en política, tenemos que tomar. Basta de creer que un sector, sea cual sea, puede imponerle su visión al otro. Nos necesitamos todos porque Chile es uno solo».
Al igual que el primer intento del pueblo chileno de modificar su constitución, donde las fuerzas de izquierda y progresistas sufrieron un duro revés, en este segundo intento las organizaciones de la derecha chilena “Chile vamos” y el partido Republicano fueron los principales derrotados en el plebiscito constitucional, quienes fracasaron en convencer a la ciudadanía de la bondad de su propuesta constitucional.
Esta situación de dos fracasos consecutivos en modificar la constitución pinochetista, han hecho que el presidente Gabriel Boric asegurará que durante el tiempo que le resta de mandato (dos años) queda cerrada la discusión constitucional y no habrá un tercer proceso, el pueblo chileno ha pasado los últimos 4 años intentando llevar adelante un cambio constitucional, que ya ha fracasado en dos ocasiones.
Es bueno recordar que estos plebiscitos constitucionales fueron el resultado del acuerdo que la mayoría de los partidos políticos chilenos firmaron para redactar una nueva constitución política y descomprimir la caótica situación creada por el estallido social de octubre del 2019, que el gobierno reprimió a los manifestantes con dureza, ocasionando 19 personas muertas y 400 con trauma ocular de parte de fuerzas policiales.
Como fruto de esos acuerdos se convocó un plebiscito nacional para el 26 de Abril del 2020, que por la pandemia fue postergado para el 25 de Octubre de ese año, su objetivo sería determinar si la ciudadanía estaba de acuerdo con iniciar un proceso constituyente para redactar una nueva Constitución, y determinar el mecanismo para dicho proceso, lo que fue aprobado mayoritariamente por el 78.3% de los chilenos.
Estos dos fracasos ameritan una profunda reflexión de las fuerzas políticas chilenas, que intensifique los consensos y el dialogo, que hagan posible una verdadera nueva constitución en el futuro, fruto del acuerdo de todas las fuerzas políticas trabajando todos y todas por el interés supremo del pueblo de Chile, haciendo los esfuerzos necesarios para los cambios que demanda el país.
Tomará tiempo, pero no hay otro camino, el pueblo chileno se ha expresado de manera muy clara y contundente rechazando 2 proyectos de modificación constitucional, repensar el trabajo político se hace una necesidad, no podemos seguir validando las rivalidades sin sentido y las ansias de poder desmedido, a las fuerzas progresistas chilenas le corresponde iniciar este camino de diálogo y entendimiento.
El voto de los chilenos rechazando la nueva constitución, como muy bien advirtiera en una declaración el presidente del partido comunista de Chile, Lautaro Carmona, “Que nadie juegue ninguna trampa, la votación fue contra el proyecto, no a favor de la Constitución del 80″, la que para un sector relevante de la sociedad chilena tiene un origen ilegitimo ya que fue creada en 1980 durante el régimen militar de Augusto Pinochet.
El proceso constituyente no se ha podido cerrar satisfactoriamente y la ciudadanía ha terminado con un sentimiento de hastio y desconfianza profunda ante la falta de acuerdos de sus fuerzas políticas, lo fundamental en esta situación son los planteamientos comunes y la unidad, reagrupar las organizaciones en conflicto y que incluso se dividieron al momento de ejercer el voto.
Lo lamentable de todo esto para el pueblo chileno es que no se lograra dejar atrás una constitución como la de 1980 levantada sobre la muerte y tortura de miles de chilenos y el terror generalizado de la dictadura de Pinochet, ojalá las fuerzas políticas y sociales de Chile, decidan dejar atrás tantos dolores y odios y puedan en un futuro dar alegría al pueblo chileno con una nueva constitución democrática concebida como la casa común de todos los chilenos.
Por Luis Fernández
*El autor es político, escritor y comunicador