Luego de permitir a otras personas venir a invadir mi espacio, contándome cosas trágicas, caí en un estado de pánico. Esto no debió suceder, sobre todo a una persona que se maneja con todo lo que tiene que ver con la salud mental.
Es sumamente saludable, reconocer y salir de ese círculo de terror, no sentir vergüenza al admitirlo, porque, al fin y al cabo, somos seres humanos.
Es normal que en ocasiones el miedo nos paralice, especialmente cuando tenemos que tomar una decisión, es tan difícil el proceso, que algunas personas optan por permanecer inmersas en la situación traumática en la que están viviendo.
Una de las cosas positivas que tiene el miedo es que nos permite reconocer una amenaza y nos da la opción de defendernos, pero es negativo cuando nos paraliza.
Ningún ser humano normal puede negar haber sentido miedo alguna vez, porque, de ser cierto, pudiera ser porque padece alguna enfermedad mental.
Es un sentimiento tan peligroso en los seres humanos que podría ocasionar que algunos se vuelvan violentos, caigan en una especie de parálisis e inclusive, puedan meterse de lleno en las drogas.
Decidir no luchar para vencerlo es algo personal, pero si optamos por el cambio, hay algo que podemos tomar en cuenta, y es, identificar realmente que es lo que lo produce en nosotros, luego enfrentarlo y motivarnos con los beneficios que recibiremos por haber tomado esa decisión.
Por Epifania de la Cruz (epifaniadelacruz@ gmail.com / www.renacerparatodos.net)