El pasado año 2023 se caracterizó por un incremento importante de la migración irregular en nuestra América, lo que ha sido motivado por condiciones económicas adversas, conflictos internos en los países de origen y políticas restrictivas en los países de destino, lo que ha creado un clima de aumento de las tensiones políticas y sociales en la región, que han afectado los derechos humanos y la seguridad de los migrantes.
La situación es de tal magnitud que según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP), solo en los primeros 28 días de diciembre de 2023, la patrulla fronteriza detuvo a 235.000 migrantes que intentaban cruzar de manera irregular la frontera con México, esas cifras significan que, cada día, fueron detenidos 8.400 migrantes que intentaban llegar a los Estados Unidos.
La misma oficina norteamericana (CBP) ha reportado en el pasado año más de 2,4 millones de encuentros con migrantes, de los cuales unos 1.9 millones correspondían a personas de América Latina, durante su trayecto estos miles de migrantes deben enfrentarse a situaciones de alta vulnerabilidad, siendo algunas de las más importantes las limitaciones económicas, la exposición a situaciones de abuso y violencia, particularmente para mujeres y niñas.
Asimismo, el limitado acceso a albergue y comida, a infraestructuras de agua y saneamiento y a los servicios de salud, que a la vez aumenta su riesgo de enfermedades y un exceso de mortalidad y morbilidad por causas prevenibles, a ello se suman las barreras sociales que enfrentan en las comunidades de acogida, como las diferencias lingüísticas y culturales, la xenofobia y la discriminación.
Estos datos establecen un récord, nunca se habían registrado tantas llegadas de migrantes desde que comenzaron a recopilarse datos en el año 2000, a lo que debemos agregar los números históricos de cruces de migrantes por la selva del Darién que separa a Colombia de Panamá, donde el número de migrantes que cruzaron por ese lugar en el 2023, supero los 500,000 el mayor número de su historia.
Sobre este hecho la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) advirtió que este medio millón de personas son una muestra de “una crisis humanitaria cada vez más profunda en las Américas”, América Latina donde millones de personas se desplazan a través del continente con el propósito de hacer su vida en otros países, necesita que sus gobiernos apliquen nuevas políticas para frenar estos flujos migratorios
El año 2023 nos ha enseñado que la migración es un fenómeno complejo que requiere respuestas equilibradas, comprensivas, humanitarias y multifacéticas, es necesario desarrollar políticas migratorias que prioricen la protección y el respeto de los derechos humanos, y abordar las causas subyacentes de la migración como la pobreza, la desigualdad, la falta de oportunidades y la inestabilidad política.
El año 2024 será un periodo de grandes retos y desafíos para el tema migratorio en América Latina, se debe continuar trabajando hacia soluciones que no solo aborden los desafíos inmediatos, sino que también preparen el camino para una gestión migratoria más justa y sostenible en el futuro, la colaboración y el diálogo continuo serán cruciales para abordar estos desafíos de manera efectiva.
La creciente demanda global de políticas migratorias que respeten los derechos humanos y la dignidad de los migrantes y la gestión eficaz de los grandes flujos migratorios, especialmente en la frontera México-EE.UU., seguirán siendo un desafío importante. Encontrar un equilibrio entre la seguridad fronteriza y el respeto de los derechos de los migrantes será clave para futuras políticas exitosas.
La realidad es que América vive una crisis migratoria sin precedentes, donde cientos de miles de migrantes deben enfrentarse a la extorsión, violaciones, robos y todo tipo de abusos, incluso poniendo en peligro sus vidas para toparse al llegar a la frontera sur de Estados Unidos con la incertidumbre de no saber si podrán llegar a su destino, paralizados ante el aumento de las restricciones y de las tensiones políticas y sociales
Los países de América deben estar preparados para adaptarse a los cambios y desafíos emergentes en la migración, incluyendo los efectos del cambio climático y las crisis globales. La perspectiva para 2024 sugiere que la migración seguirá siendo un tema complejo, que requerirá soluciones innovadoras y un enfoque equilibrado que considere tanto la seguridad como los derechos humanos.
La verdad es que los flujos migratorios irregulares no cesan en el mundo, como fruto del aumento de la pobreza, la desigualdad social y la falta de oportunidades, los datos sobre la migración internacional del 2023 son muy claros, por lo que este año 2024 presenta una serie de retos y desafíos que deben enfrentarse con determinación a escala global, de modo que los flujos migratorios se gestionen de manera más efectiva y humanitaria.
Los desafíos y tendencias en las políticas migratorias seguirán siendo un tema fundamental en la agenda internacional, por lo que se impone que en este 2024 se evalúen las eficiencias y pertinencias de
las políticas migratorias actuales, incrementando el dialogo y la cooperación internacional, para construir un mundo más habitable, solidario y humano, que cambie la migración irregular de los años venideros.
Por Luis Fernández
*El autor es político, escritor y comunicador