Dentro de los tantos conocimientos aprendidos, a partir de la lectura del libro, “La paradoja del chimpancé”, los cuales me han ayudado a escribir algunos artículos, y estoy segura de que faltan muchos más, encontré lo siguiente: “Si quieres un cuadro, busca un artista” …
La expresión es una invitación a que, cuando necesitemos que nos realicen algún trabajo, busquemos a un profesional competente.
En lo referente a los arreglos en el hogar, nos encontramos, en ocasiones, con obreros que presumen de todólogos.
En una ocasión en que necesitaba resolver un problema en el hogar, me sucedió algo que confirma lo expresado. Me recomendaron a un plomero, quien luego de realizar de manera excelente su trabajo, se percató de que yo tenía que cambiar unas cerámicas.
El señor me dijo que era un experto en esa área, yo, creyendo que me la estaba comiendo, en vista de que en ese momento tenía las facilidades económicas, sin pensarlo dos veces, lo contraté.
El trabajo realizado fue un verdadero desastre. Irritada, llamé a la persona que lo recomendó y le di la querella. Mis oídos se avergonzaron cuando escucharon la siguiente pregunta: ¿Para qué fue que yo se lo recomendé…?
En este caso, la única culpable fui yo, por utilizar a alguien que no tenía la capacidad para hacer lo que ofertó.
Según lo aprendido, de nosotros depende pagar por un cuadro que no haya sido pintado por un verdadero artista.
Por Epifania de la Cruz (epifaniadelacruz@ gmail.com / www.renacerparatodos.net)
*La autora es psicóloga clínica