El 26 de mayo del presente año 2024 se cumplen 30 años de la desaparición física del profesor Narciso González Medina (Narcisazo), hecho producido a raíz de éste pronunciar un encendido discurso en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), acusando al entonces presidente de la República, Doctor Joaquín Balaguer Ricardo, de haber cometido fraude en las elecciones presidenciales realizadas ese 16 de mayo del año 1994.
Su desaparición y posterior asesinato, se produce en medio de una crisis post electoral. Hechos de violencia y muertes ocurren en todo el país, protagonizados principalmente entre reformistas y perredeistas a causa de denuncias de fraude en las elecciones del 16 de mayo del mismo año.
Narciso González nace un 29 de octubre 1941, hombre de apariencia tranquila, pero dueño de un discurso incendiario cuando se trataba de defender los intereses de la patria, profesor universitario por más de 20 años, en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), área de letras de la Facultad de Humanidades.
Dirigente de la Federación de Estudiante Dominicano (FED). En la Revuelta de abril del 1965 participó en un comando instalado en la Escuela Argentina de la Capital, donde trabajó, fundamentalmente, en la educación de los constitucionalistas.
Fue también abogado, profesión que juró no ejercer hasta que fuera adecentada la justicia del país; fue miembro del Movimiento 14 de junio y del Movimiento Popular Dominicano (MPD). Animador socio-cultural, colaborador de todas las revistas y publicaciones populares; escritor de décimas y comedias, autor de la columna “El Pueblo se Queja en Verso”, director de la Revista “El Callejón con Salida”.
Reconocido opositor a los gobiernos de Joaquín Balaguer durante los primeros 12 años y luego de 1986 cuando este retorna al poder, luego de dos periodos de gobierno del PRD. Días antes de las elecciones del 1994, Narciso González Medina había publicado una columna de opinión en la revista La Muralla titulada: “10 pruebas que demuestran que Balaguer es lo más perverso que ha surgido en América.
En dicha columna, calificaba a Joaquín Balaguer como “asesino”, “pandillero”, “inmoral”, delincuente”, “pervertidor”, “servil”, “tramposo”, “dañino”, “miserable” y “desfalcador”. Luego de esa publicación, fue objeto de seguimiento.
El 25 de mayo de 1994 Narciso González Medina pronunció un discurso durante una asamblea de profesores de la UASD, en donde solicitó al Consejo Universitario y al Rector de entonces, Roberto Santana Sánchez, para que la UASD asumiera una posición de condena frente a lo ocurrido en las elecciones de nueve días atrás.
En su discurso, Narcisazo señaló como principales beneficiarios del fraude electoral a los jefes de la Policía, Mayor General Rafael Guerrero Peralta, del Ejército teniente General Constantino Matos Villanueva y de la Fuerza Aérea Mayor General Juan Bautista Rojas Tabar, a quienes, de acuerdo a lo denunciado por Narcisazo, el presidente Balaguer habría entregado fuertes sumas de dinero como garantía de su permanencia en el Poder Ejecutivo.
Según uno de los primeros testimonios ofrecidos, está el de Juan Dionisio Marte, funcionario militar que afirmó haber participado en el operativo en el cual Narcisazo fue detenido. Este funcionario afirmó que, tras dicho operativo, Narcisazo fue trasladado a las instalaciones de la División de Inteligencia de la Secretaría de Estado de las Fuerzas Armadas (J-2), en la fecha en que sus familiares indicaron que desapareció.
El funcionario militar Antonio Quezada Pichardo, quien afirmó haber presenciado el momento en que Narcisazo ingresaba a las instalaciones de la División de Inteligencia de la Secretaría de Estado de las Fuerzas Armadas (J-2) acompañado de “unas tres o cuatro personas.
Otro testimonio ubica a Narcisazo bañado en sangre,” en la madrugada del 27 de mayo de 1994 en el Departamento de Homicidios de la Policía Nacional, por Junior Sarita Lebrón, funcionario de dicha institución.
Estas y otras versiones fueron publicadas y dadas a conocer varios días después de su desaparición, sin que ninguna de las instituciones y fuentes citadas hallan negado o confirmado las mismas. Narcisazo es una historia más de una vida que quedó en las páginas del olvido y en la impunidad de la justicia dominicana.
Este crimen, a todas luces cometido por personas relacionadas con el poder al más alto nivel, ha quedado impune, olvidado en la nebulosa del tiempo y en las conciencias de sus cómplices, entre ellos varios expresidentes del país, que nunca han decidido mover un dedo para esclarecer ese horrendo hecho y así sus verdugos paguen.
Por Ebert Gómez G.