Ni Leonel, ni Abel, ni Abinader ofrecen nada nuevo, no plantean cuáles serán sus planes de gobierno, tampoco ningún cambio para enfrentar o resolver algunas de las problemáticas sociales que, por décadas, afectan a la mayor parte de la población dominicana.
Este planteamiento evidencia la posibilidad del peligro que origine un vacío político, a corto o mediano estadio social, frente a una población cada vez más exigente y demandante de soluciones a sus problemáticas.
El presidente Abinader, por ejemplo, en lo que ha sido su gobierno, se ha circunscrito a los temas del turismo y transporte, pero lo que son las preocupaciones reales del ciudadano, como son: en primer orden, salario, salud, educación, seguridad, etc. No han existido respuestas ni inversión para una población a la que le pretende pedir 4 años más.
Ni decir de planes creíbles para desarrollar la agricultura o enfrentar las mafias de las distribuidoras eléctricas y los banqueros con los fondos de pensiones o las aseguradoras de seguros, entre muchas otras promesas incumplidas.
Se puede decir que nada ha cambiado para mejor durante su gobierno y si para peor otras.
Leonel Fernández, por otro lado, ha debido entender que pertenece al pasado de los tres períodos que encabezó y de los cuales aún hay casos de corrupción pendientes en la justicia y en la memoria colectiva, como son los super tucanos, Odebrecht, la venta del sector Los Tres Brazos, entre otros.
No plantea ningún cambio serio ni propuesta novedosa que tienda a resolver las principales problemáticas sociales que agobian a la población, como son: la falta de agua, energía, salario, salud, educación, seguridad, etc.
Que decir de Abel Martínez, con algunas posibilidades, pero sin planteamientos a pesar de su exitosa trayectoria política. Fuera de su conocida posición de cara al tema haitiano, poco se sabe cuáles serán sus propuestas para gobernar a una población ansiosa y necesitada de dar respuestas a una gran deuda social acumulada.
Lo más sensato en estos momentos para el país, los empresarios, los intereses extranjeros y la población, sería buscar un equilibrio en lo social, que evite males mayores, sobre todo de una población que no ve solución, realmente seria y creíble, a ninguna de sus problemáticas.
Nuestro Estado Dominicano se ha caracterizado, en las últimas décadas, sólo por hacer y defender a aquellos que poseen riquezas, olvidándose de las mayorías, con tantas necesidades, sobre todo de servicios básicos…
Servicios básicos que más bien, podemos transformar en negocios que organizar y administrar, con algo de prudencia y equilibrio, y de esa manera ganados todos, sea quien sea el que gobierne. Hacen falta gerentes honestos no políticos infuncionales y corruptos.
Por Ebert Gómez Guillermo