La idea de escribir sobre este tema hizo acto de presencia luego de un aparente desvelo, producto de sentirme algo estresada, y totalmente convencida de que las pocas horas que por costumbre duermo, mi organismo se estaba negando a respetarlas.
Procedí entonces a ver uno de esos tantos programas que se transmiten por TV; en el mismo había un psiquiatra hablando de un tema muy conocido por mí: la zona de confort.
Captó mi atención, pues parece que, producto del problema con el sueño, vi esta palabra escrita con m en vez de n: leí comfort. De manera inmediata, me puse en modo chisme, con la firme decisión de escribir sobre ese error ortográfico en semejante profesional. Luego vi la palabra escrita correctamente varias veces y decidí escribir, pero cambiando la idea original que tenía, ya que errar es de humanos.
De todos modos, el tema, aunque muy manoseado por nosotros, los profesionales de la conducta, siempre puede aportar algo.
´´La zona de confort es una situación mental en la que te sumerges o te sumerge tu cerebro para que te sientas seguro/a. Es como si dijéramos nuestro corral, ese que tenemos muy bien controlado y en el que sabemos perfectamente cómo movernos y los límites que tiene para sentirnos a gustito´´ Fuente: https://almadelider.com/zona-de-confort/
Es un estado en el cual nos sentimos cómodos, aun a sabiendas de que necesitamos el cambio. Esta zona es la responsable de la permanencia en un empleo que no nos permite avanzar, de envejecer con la pareja no adecuada, de observar que estamos ganando peso, y hacernos los desentendidos, sencillamente porque estamos actuando, precisamente como a nuestro cerebro le gusta.
Que, a partir de hoy, sea un propósito salir de esa zona. Llevémosle la contraria al cerebro. De vez en cuando, caminemos por una calle distinta; cambiemos el lugar de comer y los alimentos que ingerimos; atrevámonos a usar peinados y ropas distintas; luchemos por salir de ese trabajo que nos está acabando la vida; pero, en el caso de nuestra pareja, hagamos todo el esfuerzo posible porque el cerebro no se sienta ganador, tratemos de hacer siempre cosas diferentes que nos hagan sentir que vale la pena estar juntos, sin estar hastiados.
Por Epifania de la Cruz (epifaniadelacruz@ gmail.com / www.renacerparatodos.net)
*La autora es psicóloga clínica