Para muchas personas que en estos momentos pasan por momentos amargos, que han sido víctima de traición, de abusos, de atropellos, que han sufrido algún tipo de humillación o violación a sus derechos y aún a su dignidad, a su integridad física, a su cuerpo, especialmente si es mujer.
Piensan, con todo derecho, que en el mundo no hay ni existen otro tipo de personas diferentes de quienes le traicionaron y aún aquellos a quienes pensaban podrían acudir y también le dieron la espalda.
Para estas personas, dentro de las cuales me puedo encontrar yo, usted o cualquier conocido. Es cierto que, en la actualidad, el mundo es un despliegue de maldad, que muchas veces tenemos que cuidarnos del más próximo, del vecino, del “amigo” y hasta de los parientes más cercanos.
Otras veces tenemos que fingir no sorprendernos ante tanto egoísmo, mala intención y desconsideración de ese ser semejante a ti y cercano, en un determinado momento, de nuestras vidas.
Es debido a esas malas experiencias que muchas veces desconfiamos de todo el mundo y erróneamente pensamos que sólo existen este tipo de personas y que no hay cabida en este mundo para el bien, el amor, la sinceridad y la honestidad.
Esta es una lucha constante, la tiene cualquier pastor con sus ovejas o cualquier padre con sus hijos pretendiendo que sigan el camino correcto. Si es tu caso y pasas por uno de estos momentos a que hemos hecho referencia, puedo asegurarte que no todo está perdido.
Te informo que, desde el origen de la humanidad, desde su génesis hasta que llegue el momento de su apocalíptico fin, han existido, existen y existirán dos grupos o tipos de personas en todas las sociedades humanas, habidas y por haber.
Hay personas que muestran ser tus amigos, mientras le sirvas de algo, en el momento en que dejes, de alguna manera, de serles útil, en ese mismo instante puedes pasar a ser ignorado o la peor persona del mundo.
Otros no se permiten hacer de payasos, no pueden callar ni fingir la verdad, tampoco vivir de espalda a la realidad que los rodea. Prefieren rechazar la comodidad y el dinero si a cambio deben prestarse para engañar o mentir, deciden mejor morir.
En mayor o menor proporción también existirán, aunque usted no lo crea, personas buenas y de correcto proceder. Está en su naturaleza, aún no lo sepan, hacen el bien sin esperar nada a cambio.
Realmente no todo está perdido, usted debe elegir a que tipo de personas pertenecer, si al mismo del cual ha sido víctima o al otro, que aspira creer en el milagro, en el amor inmenso de aquel, que sabe que va a morir y es capaz de entregar lo que le queda de vida, a cambio de redención y esperanza para el resto de sus semejantes.
Por Ebert Gómez Guillermo