¿Parejas perfectas?

Cuando dos personas deciden unir sus vidas por el sagrado vínculo del matrimonio, es de suponerse que ambos están tan enamorados, que entienden que su relación durará el resto de sus vidas.

Generalmente, nunca se detienen a analizar que son dos seres humanos, con costumbres y educación diferentes.

La emoción que los envuelve es tan sublime, que difícilmente entiendan, que cada uno es único, y que es materialmente imposible que puedan ser exactamente iguales.

De manera personal, creo firmemente que es posible permanecer unidos durante toda una vida, y que, en ocasiones, mientras más diferentes son cada uno, mejor es la relación, sobre todo, si el amor permanece, y cada cual, acepta al otro, tal como es, sin pretender transformarlo, de acuerdo a su imagen y semejanza.

Tengo toda la propiedad del mundo para hablar de este tema, pues mi marido y yo, recién cumplimos 51 años de feliz unión matrimonial.

Muchas personas nos felicitan, y hasta comentan que parecemos dos novios. Eso es lo que los demás perciben, pero no todo es tan lindo como parece.

En toda relación, por más amor que exista, hay momentos tan difíciles, que es preciso tener el valor y la paciencia suficientes para mantener el control, y no perder la compostura, ocasiones en que uno de los dos quisiera hacer desaparecer al otro.

Lo más importante para mantener la armonía, es entender que, a pesar de todas las contrariedades que se presenten, siempre deben primar, por encima de todos los malos momentos, el respeto y la transparencia, pues, la ausencia de estos elementos, es un enemigo mortal de la convivencia en pareja, y siempre tener en cuenta que las uniones perfectas, realmente no existen.

Por Epifania de la Cruz (epifaniadelacruz@ gmail.com / www.renacerparatodos.net)

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