El Partido de la Liberación Dominicana PLD pasa en estos tiempos por un mal momento, ya que ha sido grandemente lesionado y afectado con los resultados de las elecciones municipales de febrero y en las presidenciales y congresionales del pasado 19 de mayo, el partido ha perdido una batalla y sus dirigentes y sus bases tienen ante sí un gran desafío que es recuperar la imagen y la autoridad ante el pueblo.
El PLD tiene que luchar decididamente por recomponerse, recuperarse y tratar de volver a ser la fuerza política que Juan Bosch fundo no solo para continuar la obra de Juan Pablo Duarte, sino para lograr el progreso y el bienestar de los dominicanos haciendo de la agenda social y la agenda del partido, una agenda al servicio del país y sus mejores intereses.
El PLD debe conducir sus pasos a producir profundos cambios en la organización en el orden político e ideológico, que hagan que el partido no solo sea una maquinaria electoral, sino un eficiente y permanente instrumento político al servicio de las mejores causas del pueblo dominicano, que necesita de una organización política que verdaderamente defienda sus intereses.
El PLD es verdad que necesita cambios, pero estos no pueden ser decididos desde fuera, estos deben ser el fruto de la voluntad de los peledeistas que son a los que verdaderamente les duele esta organización, creada por Juan Bosch con un alto sentido patriótico, con una marcada tendencia progresista y con un compromiso con los intereses del pueblo dominicano y los pueblos de América Latina.
Hay que tener mucho cuidado con quienes intentan destruir al PLD, recordemos lo que decía el maestro Juan Bosch, “un partido como el PLD tiene enemigos de derecha y enemigos de izquierda y los peledeistas debemos esperar que tanto los de derechas como los de izquierda usen los métodos que le parezcan buenos para obstaculizar el desarrollo del PLD y aun que vayan mucho más allá, hasta el extremo de aniquilarnos si pueden hacerlo”.
Hay gentes que siempre han odiado al PLD opinando y dando consejos al PLD, promoviendo la división, la confusión interna e incentivando el chisme y los conflictos, esto hay que rechazarlo tajantemente, los peledeistas tienen derecho a acordar lo que entienden que más conviene a sus intereses políticos y al pueblo dominicano, es algo interno del PLD y nada ni nadie puede impedir esto y mucho menos personas ajenas al PLD que nunca les ha importado el partido y el pueblo.
Como lo dijera Juan Bosch no debemos ser ingenuos y aprender a desconfiar, no haciéndose eco de calumnias e infundios propalados por adversarios políticos, en este momento histórico es necesaria la preservación del PLD y no se puede permitir la desviación del propósito de renovación interna que tiene el Partido de la Liberación Dominicana y de preservarse como un instrumento de lucha del pueblo dominicano.
La renovación peledeista no puede ser una lucha generacional de jóvenes contra viejos, se hace necesario que lo mejor de la juventud trabaje de la mano con lo mejor del liderazgo experimentado que ha dirigido los destinos del país y del partido en los últimos años. Combinando así el empuje de la juventud con la seguridad que da la experiencia, el partido debe renovarse, pero esto no significa simplemente un cambio de caras, lo importante no son las caras, sino el grado de compromiso con el partido y el pueblo.
Los dirigentes no deben medirse por la edad sino por su actitud política e ideológica, por la defensa del partido y sus intereses y por su capacidad de sacrificios y honestidad a toda prueba, son estas características que harían que el pueblo reconociera la autoridad y la confianza necesaria en el PLD y esto es lo que haría que el PLD retomara su autoridad moral, ante la población.
Renovar y transformar el partido significa que nuestros dirigentes sean cada vez más sencillos y humildes, que estén cada vez más comprometidos con las ideas y la defensa del partido, significa reafirmar nuestro compromiso con las fuerzas políticas progresistas de América Latina y el mundo, con la integración y cooperación entre las naciones latinoamericanas y con la paz mundial, significa que nuestro partido este cada vez más sintonizado con las demandas de la población y más comprometido en la solución de estas, renovar el partido significa dar más participación a la mujer y los jóvenes, fortalecer el respeto a nuestros métodos de trabajo y la disciplina
La renovación del PLD debe contribuir a afianzar nuestras convicciones políticas de servicio al pueblo, para fortalecernos ideológicamente, para reafirmar nuestras condiciones patrióticas y progresistas y para hacer de nuestra organización una fuerza indestructible, que haga que nuestros adversarios políticos no puedan penetrar el corazón del partido.
La situación del PLD es difícil pero no insalvable, ha habido fallas internas que debemos enfrentar con responsabilidad y otras externas provocadas por nuestros adversarios que no debemos minimizar, hay que renovar y transformar el partido retomando nuestros principios políticos, realizando una labor política en beneficio de la población, de modo que podamos acercarnos más al pueblo, todo esto sobre la base de seguir el ejemplo de honestidad ,moral política y entrega a los mejores intereses populares de nuestro líder histórico el profesor Juan Bosch.
Para lograr estos cambios se necesita mucha Sensatez, prudencia, moderación, cordura, respeto y buen juicio, entre todos los compañeros peledeistas, esto debe ser innegociable, es la manera de poner fin al desaliento y a la falta de confianza de los militantes y simpatizantes y algunos sectores de la población con el partido y restablecer el entusiasmo,la confianza y el espíritu de lucha en el partido y el pueblo, tan necesarios ahora que un nuevo gobierno del PRM con el control absoluto del poder amenaza con profundizar los graves problemas que históricamente ha padecido la República Dominicana.
En los actuales momentos históricos que vive la humanidad, los pueblos necesitan dirigentes políticos capacitados y conocedores de la ciencia política, que sepan actuar debatiendo los diferentes temas con altura, con capacidad de sacrificio y con disposición de servir al pueblo de todo corazón, ese era el predicamento del maestro Juan Bosch, con el cual el PLD tiene un compromiso que jamás debe ser olvidado.
El PLD es una fuerza progresista histórica basada en el sistema democrático, con claras responsabilidades con el presente y futuro de la República Dominicana. Hoy más que nunca, los partidos como el PLD, deben seguir promoviendo una gestión de causas ciudadanas, que retome la inclusión social el progreso y el bienestar del pueblo dominicano de modo que sigan siendo el objetivo político fundamental.
La renovación del PLD debe ser una derrota contundente para las fuerzas políticas nacionales y extranjeras que siempre han apostado a la destrucción del PLD, que debe seguir siendo un partido formado por hombres y mujeres conscientes de que la sociedad cambia, con la voluntad de ser agentes verdaderos de cambios, dispuestos a dirigir y realizar las transformaciones que demanda la sociedad dominicana, lo que es posible a través de un instrumento de lucha como lo es el Partido de la Liberación Dominicana PLD.
Finalmente recordemos lo dicho por el compañero Danilo Medina presidente del PLD en la apertura del IX congreso José Joaquín Bidó Medina, que muy bien se aplica a esta situación, “lo realmente importante es que, entre todos, comenzando por mí mismo, aceptemos nuestra parte de responsabilidad, reflexionemos acerca de los cambios que debemos llevar a cabo y demos lo mejor de nosotros para que el PLD salga fortalecido de esto”.
Por Luis Fernández
El autor es político, escritor y comunicador