Serían parte de una campaña para desestabilizar aún más las relaciones entre ambos países
El tema haitiano no deja de sorprendernos, por más recurrentes que sean los episodios insólitos que protagonizan nuestros vecinos, claro, siempre teniendo a la República Dominicana como el villano, ellos como la víctima.
Hoy nos sorprenden con una nota publicada por la agencia de noticias EFE, donde organismos del “gobierno” del vecino país advierten a sus ciudadanos para que se abstengan de introducir mercancías al territorio haitiano desde la República Dominicana. Sí lo hicieren, serán pasibles de ser multados y las “mercancías serán destruidas, distribuidas o vendidas en subasta pública”, según la nota.
De acuerdo con esta información, en declaración conjunta emitida por la Delegación Departamental del Noreste y la Dirección Departamental del Ministerio de Comercio e Industria y la Alcaldía de Ounaminthe (Juana Méndez), advirtieron a los comerciantes formales e informales la prohibición de acceder a la franja fronteriza con el objetivo de obtener mercancías provenientes de República Dominicana.
Todo parecería indicar que no hay tal estado de precariedad del otro lado de la frontera, pero, no nos llamemos a engaño, todo esto puede ser parte de una solapada campaña de provocación, como la protagonizada ante los miembros de nuestro Ejército Nacional, a principios de este mes.
Para nadie es un secreto que el pueblo haitiano tiene múltiples carencias, pero la más lamentable, a mi entender, es la de haber perdido su ejército, (fuerzas armadas), como consecuencia directa de la incapacidad de sus gobiernos para dar solución a las dificultades generalizadas, que han mantenido al pueblo haitiano sumido en un estado de crisis constante.
Esto pudiera tener varias lecturas, todos sabemos que el vecino país carece hasta de gobierno. ¿Entonces, a quién o a quiénes responden las instituciones haitianas que han dado este ultimátum?
Recordemos, en cuanto al referido canal, que en principio el gobierno se declaró, ajeno a dicha construcción o a los sectores que construían el dichoso canal, luego, de manera sorpresiva, lo asumió.
Todos recordamos que, producto del recrudecimiento de esa desestabilización, a principios del año 2004, el presidente haitiano de entonces, Jean- Bertrand Aristide, se vio conminado a abandonar el país presionado por las dificultades económicas, la violencia política y el asedio de las bandas, sin dejar de mencionar a la comunidad internacional, con Estados Unidos y Francia a la cabeza, que lo compelieron a una especie de exilio forzoso.
Se hace rotundamente necesario que la comunidad internacional entienda de una vez por todas, que la solución a los graves problemas por los que atraviesa el vecino país, no están del lado dominicano.
Por Daniel Rodríguez González